El presidente Andrés Manuel López Obrador reafirmó su exhortación a la población mexicana a no salir de sus casas durante las festividades de fin de año y en caso necesario hacerlo sin «aglutinarse» ante el incremento de casos y decesos por COVID-19, focalizados en la capital.
«Que no se aglutine la gente, que no nos reunamos con muchos familiares, con muchos amigos y guardemos la sana distancia, yo estoy seguro que la gente va a hacer caso», dijo el mandatario en su conferencia de prensa diaria.
El jefe del Ejecutivo afirmó que el personal de salud «ya está fatigado» y que desde hace 10 días comenzó a aumentar la capacidad hospitalaria para enfrentar el nuevo pico de contagios de coronavirus, que ya supera los niveles máximos registrados durante julio pasado.
«Desde hace 10 días estamos aumentando la capacidad hospitalaria, esto es, que haya camas suficientes, equipos, enfermeras, que se tome en cuenta que ya es mucha la fatiga de médicos y enfermeras», reconoció el gobernante.
López Obrador renovó esta semana los llamamientos a cumplir con medidas de distanciamiento social, sin embargo, las recomendaciones no son obligatorias porque considera a las prohibiciones que se implementan en otros países como «autoritarias».
Foco de contagios en la capital
Contrario a reportes de prensa y a la precepción de una intensa actividad comercial en la capital, el presidente afirmó que la movilidad en la megalópolis ha disminuido.
«Hay menos movilidad en la ciudad, a pesar de que se trata de los días que tradicionalmente hay más movimiento, está bajando la movilidad porque muchos están respondiendo el llamado de quedarnos en casa», aseguró.
Las medidas preventivas están centradas en «guardar sana distancia», pero el mandatario continúa sin otorgar un lugar destacado al uso obligatorio de mascarillas sanitarias, lo que mantiene las críticas a la estrategia gubernamental.
«Hago un llamado a toda la población, pero fundamentalmente en la Ciudad de México donde hay repunte de contagios, tenemos que cuidarnos», dijo el jefe del Ejecutivo federal.
Capital
El Gobierno de la capital que encabeza Claudia Sheinbaum, correligionaria del presidente, evitó elevar el nivel del semáforo sanitario de la megalópolis al color rojo que indica «máximo riesgo de contagio», para evitar un nuevo colapso en la actividad económica.
«El semáforo rojo está establecido para el cierre de prácticamente de todas las actividades, en donde solo quedan las esenciales, como estuvimos en abril y mayo de este año; y hemos estado haciendo todo lo que está a nuestro alcance para no tener que llegar a una situación de cerrar absolutamente todo», dijo en la víspera la gobernante.
Sheinbaum, doctorada en ingeniaría ambiental, argumentó que la Ciudad de México «ha perdido una cantidad muy importante de empleos y esta época del año es muy importante en términos de la economía de las familias».
De las casi 30.000 camas generales para COVID-19, están ocupadas un 45% en todos los hospitales del país; y de las poco más de 10.000 camas instaladas con ventiladores para respiración asistida en pacientes graves, un 38% están siendo utilizadas.
Sin embargo, en la megalópolis, habitada por más de 20 millones de habitantes, la ocupación de camas generales se disparó a 80% y creció a 69% en las camas adaptadas con ventiladores.
El total de decesos en toda la pandemia en este país subió el jueves 17 de diciembre a 116.487, día en que confirmaron casi 12.000 nuevos contagios con respecto al día anterior reportado, que elevaron el total a 1.289.298 desde finales febrero de este año, indican las cifras oficiales.
México ocupa el cuarto lugar mundial en muertes totales por la pandemia, detrás de EEUU, Brasil e India.