Los residuos de las lavadoras de ropa se han convertido en uno de los contaminantes más importantes en los mares del Ártico
La gran mayoría de los microplásticos hallados en el océano Ártico proceden de fibras sintéticas utilizadas en la fabricación de ropa y, probablemente desembocaron en sus aguas, tras pasar por las lavadoras de Norteamérica y Europa.
La presencia de estos elementos plásticos en organismos vivos se ha detectado en todos los océanos del mundo. Estas partículas proceden de la degradación de ocho millones de toneladas de plástico que cada año desembocan en los océanos, procedentes en parte de los textiles sintéticos, como el poliéster, el nailon y el acrílico.
Miles de microfibras se cuelan por el circuito de evacuación de las lavadoras y una parte, las que son demasiado pequeñas para ser filtradas por las plantas de tratamiento, llegan al mar.
Los microplásticos provienen de la ropa
En un estudio publicado por la revista Nature Communications, la organización Ocean Wise y el departamento de Pesca y Océanos de Canadá estudiaron las muestras de agua marina tomadas en 71 estaciones de las zonas árticas de todo el mundo. El estudio tiene muestras desde Noruega hasta el norte de Alaska, además de Canadá y el Polo Norte.
“Hallamos microplásticos en casi todas las muestras, salvo en una. Esto demuestra la presencia masiva de este elemento contaminante en regiones recónditas”, dijo Peter Rossa, el principal autor del estudio.
El 92 por ciento de los microplásticos estudiados procedían de fibras sintéticas similares a las empleadas para la ropa, de las cuales el 73 por ciento eran de poliéster.