Monseñor Luis Manuel Pérez Raygoza reiteró el llamado para que los feligreses no acudan a «La Villa»
Ante la llegada de algunos peregrinos a la Basílica de Guadalupe a pesar del cierre del santuario y el llamado de quedarse en casa a celebrar a la Virgen por la pandemia de Covid-19, monseñor Luis Manuel Pérez Raygoza, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, dijo que las personas acuden por la fuerte devoción y no por falta de información.
En entrevista con Brenda Peña, explicó que la decisión de cerrar el santuario guadalupano fue tomada en conjunto entre la autoridad civil y del episcopado mexicano.
Ha habido un llamado reiterativo explicando las razones motivando a la población a quedarse en casa. Sin embargo, si ha habido algunos peregrinos que se están desplazando, y esto tiene que ver, yo creo que no con la falta de información, porque ha habido información suficiente, sino por la fuerte devoción que hay a nuestra madre santísima de Guadalupe.
Desde el jueves 10 de diciembre las autoridades eclesiásticas en colaboración con el gobierno de la Ciudad de México, cerraron los accesos para las inmediaciones a la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe para evitar aglomeraciones y posibles contagios por Covid-19 durante el Día de la Virgen.
La Villa estará cerrada los próximos cuatro días; es decir, jueves 10, viernes 11, sábado 12 y domingo 13. Por lo tanto, el recinto religioso reabrirá sus puertas el próximo lunes 14 de diciembre.
Asimismo, se determinó realizar el cierre de estaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro: La Villa / Basílica y Potrero.
Monseñor Pérez Raygoza reiteró el llamado a los feligreses para que realicen sus conmemoraciones en casa o bien en las parroquias atendiendo todos las medidas sanitarias impuestas para los centros religiosos en cada entidad de la República.
No se trata de no celebrar, sino que celebrar de una manera distinta ante las circunstancias tan graves para toda la humanidad y para México también. Se trata de honrar a la Morenita del Tepeyac cuidándonos unos a otros, cuidando de nuestros seres queridos, cuidando de quienes nos rodean. Y esa manera de cuidarnos es quedarnos en casa, festejar desde nuestros propios altares, con nuestras imágenes en la casa, desde nuestras parroquias. Seguramente la santísima Virgen se va a sentir honrada y muy contenta de que estemos siendo responsables