Escribe: Javier Lozano
Quizá vivimos la filmación o la fotografía de los episodios perredistas donde las tribus del PRD o PRI saltaban al escenario público para proclamarse triunfadores.
En ese declive, además, mostraban su frustración cuando eran rebasados por sus adversarios a sabiendas de que nunca conseguirían alcanzar la meta.
Pero, ¿había necesidad de hacerlo?, no, sin embargo, el desenlace tenía que responder a la confusión de un electorado que usualmente no respondió a la fabricación.
No fue el único caso. De esos capítulos desesperados y hasta cierto punto penosos solo demuestran la frustración de haber quedado lejos de una contienda en la que nunca fueron competitivos.
Eso le pasó a Raúl Morón apenas el día de ayer.
Resulta que, su grupo “estratégico de comunicación”, divulgó un solo título tendencioso y tergiversado sin ningún fundamento ni sustento que evidenciara o al menos les sirviera de prueba fehaciente o fidedigna de la dirigencia Nacional de Morena para constatar su lingüística.
Esa ilusión reconoció que, en su gestión dentro del municipio, no ha sido del todo honesto.
Clamó ser el candidato de Morena donde se requiere más que un guión predeterminado que desacredita la credibilidad del propio Mario Delgado que, en ningún momento, ha dado pie a las especulaciones de filtración de datos del CEN.
Sin embargo, la realidad es que, ni una cosa ni otra.
No hay nada. Si ya hay un resultado, solo lo posee Mario Delgado y la Comisión Nacional de Encuestas.
Está claro que se trató de un asunto mediático para tratar de polarizar el proceso; no obstante, solo demostraron ridiculez ante el descalabro en la encuesta oficial que de un momento a otro dará un saldo a favor del único puntero que siempre dominó más de 40 encuestas.
Lo de hoy fue un cuento de hadas para Raúl Morón. No ganó, ni ganará.
Lejos está de obtener una ventaja como la que asegura se filtró.
Eso fue una mentira que pone en entredicho los principios del edil de Morelia con los valores de la 4T de no mentir.
Por ello, ante el desaire que vivirá después del anuncio oficial, quiso adelantarse para enviar un mensaje lleno de evidencias inverosímiles y sin ningún fundamento sólido más que el anuncio tendencioso de un video operado para tratar de confundir a la población que, por cierto, ya decidió desde hace mucho tiempo quién es su favorito en Morena.