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La Auditoría Superior ya estudia presuntos desvíos de recursos en los programas sociales de Gabriel García

Las inconsistencias detectadas por la ASF, detrás de la decisión de AMLO de correr al Monje Negro. Los datos más llamativos.

Los Puros ya no existen. Aquella denominación que se utilizó para definir al grupo más compacto y fundacional en Morena quedó sin uso desde hace un tiempo.

La pelea era, hasta hace poco, con los «ambiciosos vulgares» como Ricardo Monreal o Marcelo Ebrard, a quienes apuntaban como aliados de AMLO solo por interés.

Ahora ocurre que en una suerte de balcanización de Morena, incluso entre los históricos fundadores del partido marrón se tiran con todo.

La elección de medio término y los pobres resultados en la CDMX y municipios conurbados expusieron esas heridas como nunca.

Primero fue la salida de Irma Eréndira, un movimiento que ya estaba cantado. Sandoval -Pura entre las Puras- había sellado una alianza con Mario Delgado en medio de la disputa por la dirigencia.

El objetivo de fondo era imponer a su hermano Pablo Amilcar en Guerrero. Los límites entre los «ambiciosos vulgares» y los «principistas» se hacían difusos a medida que se acercaba la elección.

AMLO le cobró la campaña contra Félix.

El despido de Gabriel García tiene algunos datos similares.

El Monje Negro también se volcó a último momento en favor de Delgado, en una disputa que tuvo a Claudia Sheinbaum -la favorita del Presidente- como derrotada con su gallo Porfirio Muñoz Ledo.

Otro Puro que al final se volvió pragmático.

Pero el dato que AMLO no le perdonó a García es el manejo opaco e ineficiente de los programas sociales.

El Presidente supo que la Auditoría Superior de la Federación ya maneje en un informe preliminar anomalías en la distribución de los programas.

Ese dato, que habría llegado desde las oficinas de David Colmenares, hizo que Morena frenara la embestida contra el Auditor, después del conflicto que se abrió cuando el organismo publicó que los costos de cancelar las obras del Aeropuerto de Texcoco prácticamente triplicaban los reconocidos por el Gobierno.

Según pudo saber la Auditoría habría detectado que más de 100,000 beneficiarios de los diversos programas sociales o bien no existen, o no recibían el dinero o incluso algunos denunciaban que tenían que devolver parte de los recursos.

Eso alimentó la idea de el Monje Negro estaba haciendo caja para su sueño presidencial en 2024.

Reportes similares llegaban desde algunos militantes de Moren en los estados, donde el cruce de padrones de los partidos locales mostraban que gran parte de los recursos iban a parar a militantes de otros partidos.

Ahora se esperan auditorías de Carlos Torres sobre algunos delegados que deberán dar explicaciones.

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