El revés en la Corte y las señales desde Palacio. Diferencias y mensajes al poder real.
En las últimas 48 horas dos hechos aparentemente separados tienen un punto de encuentro en el proceso de venta de Banamex: por un lado Banorte anunció su interés en adquirir la banca comercial de Citigroup mientras que por el otro la Corte Suprema ordenó a Ricardo Salinas Pliego pagar más de 2000 millones de pesos en impuestos atrasados. El dueño de Banco Azteca tiene que resolver sus pasivos astronómicos con el SAT antes de fantasear con cualquier tipo de expansión. se reveló que desde el SAT ya está confeccionada la acción judicial para ingresar en la viá penal contra el segundo hombre más rico del país.
Salinas Pliego ya recibió el comentario de un ex funcionario de peso en la 4T de que Andrés Manuel López Obrador prefiere que los compradores de Banamex sean o Carlos Hank o Carlos Slim. Hay múltiples elementos en el accionar del empresario que disgustan al presidente y a su círculo primario. Especialmente sus reflexiones referidas al 2024 y la gobernabilidad del país.
Hank es todo lo contrario. Ubicado en el centro de la escena política del país, con trato directo con los protagonistas de la vida pública, mantiene el perfil bajo, no decanta sus opciones y solo acerca consejo al círculo presidencial cuando así se lo requiere. A diferencia de Salinas Pliego, nunca ha padecido la situación de enviar mensajes a la cúpula que no tienen respuesta.
Hank a su vez es un actor con predicamento fuera de México, bien recibido y presentado en los principales centros financieros del mundo. Salinas Pliego, por su parte, busca por estos días con desesperación evitar una sentencia en contra en un juicio por más 20 millones de dólares en EU que es impulsado por personas del ambiente artístico en México. Agendas muy diferentes.
A diferencia de Salinas Pliego, Banorte tiene un elenco corporativo y accionarial que es más interesante para lo que requiere López Obrador en el cierre de su sexenio. En esa entidad juegan fuerte hombres del poder económico regiomontano como Roberto González Barrera o Adrián Sada así como también el fondo Black Rock que tiene buena relación con la 4T.
Los consejeros de las empresas de Salinas Pliego son familiares directos, ejecutivos propios o empresarios de rango intermedio, que viene a ser lo mismo que nada. En algún momento, de hecho, sería interesante conocer los motivos de por qué ningún perfil de alto nivel ingresa a los consejos de Grupo Salinas.
