Siendo uno de los políticos más antipopulares, el dirigente nacional de Morena ahora busca la desaparición del Instituto Nacional Electoral
Mario Delgado también lanzó dinamita al Instituto Nacional Electoral (INE) en medio de la campaña abierta en contra de la institución para desprestigiarla, porque en Palacio Nacional no gusta el trabajo que hacen los consejeros electorales.
El presidente nacional de Morena se voló la barda, al proponer relevar a los consejeros electorales o de plano, desaparecer al INE.
Sin razones jurídicas de fondo, sino más bien movido por instrucciones y la venganza, Delgado se sumó a la estrategia para atacar al organismo autónomo porque al Poder Ejecutivo no le gusta el contrapoder que representa el árbitro electoral.
Al tiempo en que Delgado Carrillo abría fuego hacia las instalaciones de Periférico Sur y Viaducto, desde el interior de su propia casa también le arrojaron su propia pólvora. Porfirio Muñoz Ledo, lo señaló, en otras palabras, de ser un títere.
“La selección de candidatos de Morena a elección en la Cámara de Diputados fue injusta y dedocrática. Se prefirieron miembros del PRI y del PAN sobre los nuestros, las bases están indignadas en todo el país. Mario Delgado afirmó públicamente que era POR INSTRUCCIONES DE ARRIBA”, escribió indignado y en un primer tuit, el diputado, al negarle la reelección como representante del Palacio de San Lázaro, desde entonces se convirtió en esta Legislatura en el más duro crítico de la Cuarta Transformación.
“El veto que se me aplicó para pertenecer a la próxima legislatura es moralmente deleznable, políticamente inaceptable y jurídicamente impugnable. Quienes hayan sido agraviados deben defenderse por todos los medios legítimos a su alcance. La revolución de las conciencias”, llamó el político de 86 años.
Delgado recibe instrucciones y las ejecuta como se lo piden. Hay elementos para estar de acuerdo con Muñoz Ledo de que al presidente de Morena le mueven los hilos desde el poder presidencial.
Está en donde está porque se lo ha ganado a pulso, a base de hacer exactamente lo que le piden. Lo necesitan y él los necesita para sobrevivir en el poder.
Nunca pudo construir un capital propio y por eso está dispuesto a inmolarse.
El entonces jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, le puso alfombra roja para que llegara a la jefatura de gobierno del entonces Distrito Federal al colocarlo en la Secretaría de Educación.
Le armaron una agenda a modo y los eventos durante un año para que impactara su figura, lo acercaron a los medios de comunicación, lo acercaron con la actriz más popular del momento para que hiciera sketches y le abrieron la chequera.
Renunció a la dependencia y buscó la candidatura, pero Delgado no levantó. “Ni con grúa levanta ese señor”, dijo en su momento uno de los asesores de su imagen.
Como alfil de la 4T, padeció como coordinador legislativo. Más de dos veces, Ricardo Monreal tuvo que corregirle la plana desde el Senado.
Siendo uno de los políticos más antipopulares, ahora busca la destrucción del INE.
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POR ALEJANDRO SÁNCHEZ
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