Espera que tenga una perspectiva de cooperación para el desarrollo. Dijo que será clave si es abordado en el mensaje inicial del presidente entrante.
El tema migratorio sigue tomando centralidad en el diálogo entre México y Estados Unidos. La expectativa es sobre la postura que tomará la administración de Joe Biden al respecto, mientras que en Centroamérica continúa el surgimiento de caravanas que buscan cruzar la frontera norte de México.
En ese escenario, el presidente López Obrador consideró que es el momento para que los vecinos del norte cumplan con la reforma migratoria.
En su conferencia de este lunes, el mandatario mexicano recordó que el tema fue abordado ya desde su primera llamada telefónica con Biden y se espera que siga siendo un tema de conversación una vez ya instalado en la Casa Blanca.
Recordó que un pendiente desde la administración de Barack Obama fue precisamente esa reforma, la cual quedó suspendida y luego pasó al olvido en el gobierno de Donald Trump, que tuvo una visión mucho más restrictiva sobre la migración.
La expectativa de López Obrador, en ese sentido, es que ésta considere la estrategia del desarrollo de la región centro, como planteó la 4T, a través de la cooperación con México y los países involucrados. “Se puede lograr una alternativa.
Espero que hable del tema cuando tome posesión”.
La expectativa es que la reforma sea enviada al Congreso estadounidense en los primeros días de su gobierno. De acuerdo con una publicación del diario Los Angeles Times, ésta contemplaría una vía a la ciudadanía para las cerca de 11 millones de personas que viven en ese país en situación irregular.
Citada por el medio estadounidense, Marielena Hincapié, directora ejecutiva del National Immigration Law Center Immigrant Justice Fund, habla ya de las distinciones que habría entre esta nueva administración y la de Obama, pues durante ese gobierno se alcanzaron niveles récord de deportación: “El proyecto de Biden y su vicepresidenta Kamala Harris no vincula la regularización con un endurecimiento de la aplicación de las leyes migratorias”, aseguró.
Esta reforma también ofrece un estatus de protección temporal que han ido concediendo diferentes Gobiernos a indocumentados de países donde se habían producido guerras o desastres naturales como Honduras, Nicaragua y El Salvador, entre otros.
Las caravanas que han surgido desde el otoño de 2018 están integradas por personas de estos países, ante circunstancias de altos índices de violencia y pobreza. Y estas condiciones se han agravado ante la crisis que desató la pandemia por Covid-19 y los huracanas que azotaron a finales del año pasado la región.
Respecto al avance de las y los caravaneros, que actualmente se encuentran en Guatemala, el presidente mexicano dijo que México debe ofrecerles una opción, una alternativa, “pero ordenada y de conformidad con las leyes migratorias de cada país, que no sea por la fuerza”.
También pidió a quienes migran, que “tomen en cuenta la situación que se está viviendo en lo sanitario y que se proteja a los niños y niñas”. No dejó sin señalar que alrededor de las caravanas hay comercio y lucro, aunque esta vez ya no centró su discurso en hablar de intereses políticos detrás de esta migración. “Que no sean polleros los organizadores de estas caravanas, de los que cobran, de los que engañan a la gente. Ni que haya intereses politiqueros”, dijo.
Sobre la llegada de la Guardia Nacional en la frontera sur, el presidente aseguró que se busca que haya diálogo y garantizó que habrá un buen trato con perspectiva de respeto a los derechos humanos.
En ese sentido, esperó que el tratamiento que dé la nueva administración estadounidense sea por la misma vía. “Ya llegó el tiempo de que se lleve a cabo una reforma migratoria”.