Raúl Morón Orozco tiene un gran problema, no tiene ni puesto ni recursos para mantenerse vigente de aquí al 2024.
Es un secreto a voces que el ex presidente municipal de Morelia tuvo una especie de efervescencia a su favor, pero impulsada con recursos propios y del gobierno municipal, así como de los amigos que colocó en su administración.
Hoy, Raúl Morón no tiene cómo sostener política y económicamente su R21 para que se convierta en el R24 que lo impulse como aspirante al Senado de la República.
Ya atrás quedaron sus periodos como líder magisterial, dirigente estatal del PRD, dos veces diputado local y senador, así como presidente municipal, ungido a la gubernatura de Michoacán y ex dirigente estatal del Morena.
Por eso, sin reflectores y sin financiamiento externo (porque no acostumbra sacar de lo suyo para ello), es muy difícil que prosperen sus aspiraciones.
Ahí le llevan ventaja otros morenistas que cuentan con posiciones, reflectores y tiempo para hacer campaña, como el secretario de Gobierno, Carlos Torres Piña; el coordinador del Morena en el Congreso del Estado, Fidel Calderón Torreblanca; y, últimamente se menciona hasta al diputado Juan Carlos Barragán Vélez.
Y eso sin contar con la competencia externa, como el diputado local y dirigente estatal del PVEM, Ernesto Núñez Aguilar; el ex candidato a gobernador del Verde, Juan Antonio Magaña de la Mora; y, el diputado federal y comisionado nacional del PT para Michoacán, Reginaldo Sandoval Flores.
Sin duda, un escenario complicado como para que Morón Orozco recupere la atención mediática que le llegó a gustar.