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La carreta por delante de los bueyes

Algo ocurrió que llevó al presidente López Obrador a frenar las reformas a la Ley del Banco de México. Y enseguida, todos los que promovieron esa iniciativa salieron a destacar la necesidad de escuchar y ampliar las deliberaciones

ener el poder no obliga a ejercerlo por el simple hecho de tenerlo. Florestán

Algo ocurrió que llevó al presidente López Obrador a cambiarle la señal a Ricardo Monreal y detuvo las reformas a la Ley Orgánica del Banco de México, programada para ayer en la Cámara de Diputados, donde estaba citada la Comisión de Hacienda a las 10 de la mañana para dictaminar la minuta aprobada en el Senado y sin tocarle una coma, como les gusta a las bancadas de Morena y a YSQ.

Ignacio Mier, coordinador de Morena en San Lázaro y presidente de su Junta de Coordinación Política, se reunió por la mañana con López Obrador, de donde salió la decisión que ya había resuelto con Ricardo Monreal en el sentido de posponerla. Y así fue.

Ambos, Monreal y Mier, anunciaron en el Senado que la aprobación de la minuta en la Cámara de Diputados se iba para febrero.

Y es que no se aguantó la presión crítica a esta intervención del Ejecutivo en la autonomía del Banco de México vía el Legislativo.

Creo que hubo una sola voz a favor, todas las demás fueron en contra: desde el gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León, hasta la del titular de la UIF, Santiago Nieto, pasando por los subgobernadores Gerardo Esquivel y Jonathan Heath, las organizaciones empresariales, la misma Asociación de Bancos y ya, a decisión pasada, reapareció el secretario Arturo Herrera para celebrarlo.

Y enseguida, todos los que promovieron y votaron por esa iniciativa salieron a destacar la necesidad de escuchar y ampliar las deliberaciones y el análisis por la profundidad de la reforma, es decir, volviendo a poner la carreta delante de los bueyes, sin alusión alguna, cuando eso que ahora plantean tenía que haber sido antes de aprobarla en el Senado. Les digo, la carreta por delante de ya saben quiénes.

RETALES

  1. AUSENCIA. Desde la madrugada de ayer, el ministro Luis María Aguilar Morales reportó que la persona que le maneja había dado positivo de covid el lunes, y que por respeto a los demás seguiría a distancia el informe anual del presidente Arturo Zaldívar, al que asistió el presidente López Obrador, acompañado de su esposa y el consejero jurídico Julio Scherer;
  2. CARTA. Me parece bien que López Obrador haya saludado por escrito el triunfo electoral de Joe Biden, quien el 20 de enero se convertirá en el presidente número 46 de Estados Unidos. El brasileño, Jair Bolsonaro, fue el último en hacerlo y vía Twitter. A ver ahora cuándo hablan; y
  3. IGNORANCIA. En la mañanera de ayer le preguntaron al Presidente que si asistiría a la toma de posesión de Joe Biden, el 20 de enero en Washington, cuando el protocolo allá indica que no hay jefes de gobierno invitados a esa ceremonia, que estos son representados por sus respectivos embajadores. Por López Obrador estará la embajadora saliente Martha Bárcena. Pero es, repito, la audacia de la ignorancia.

Nos vemos mañana, pero en privado

 

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