Sus allegados le recomiendan que se quede más tiempo en el extranjero. La duda sobre la interna de la 4T.
Alejandra Barrales es de las figuras del ya casi desaparecido PRD capitalino más inquietas tras el arresto de Julio Serna, hombre fuerte de Miguel Ángel Mancera en su sexenio en CDMX.
Según pudo conocer Alejandra Barrales, emprendió desde el pasado domingo una serie de consultas de corte penal y sus allegados le recomendaron no estar demasiado presente en el país y cultivar el bajo perfil al extremo.
Casi un deja vu. Esto mismo se le recomendó a Barrales el pasado invierno cuando ella analizaba ser candidata de MC en la Delegación Cuauhtémoc.
El alto perfil político no coadyuvaba en ese entonces tampoco para evitarle dolores de cabeza judiciales. No es complejo de entender: Barrales hasta el día de hoy no tiene como justificar su fabuloso patrimonio.
A esto se agrega el rol que tuvo Serna en su olvidable campaña para la CDMX en 2018.
Los desmanejos de Serna, y esto es bien conocido en el Sol Azteca, llegaron hasta la campaña de Barrales.
La ex dirigente del PRD decidió tomar un año sabático en EU para volver a acercarse a su grupo familiar.
Barrales comparte la misma incógnita que todo el círculo primario de Mancera: si la fiscal capitalina Ernestina Godoy está alineada en la escudería de Claudia Sheibaum para 2024, ¿Por qué hace un movimiento que es funcional a los intereses del canciller Marcelo Ebrard?
Un argumento que se ofrece es que en realidad se trata de un compromiso que venía muy retrasado de parte de Andrés Manuel López Obrador para con su canciller, que le pedía ir tras Mancera casi desde el inicio del sexenio actual.
En esa tesis poco y nada tendría para opinar la jefa de gobierno.
El arresto de Serna es delicado porque entre sus allegados siempre se mostró completamente seguro y hasta presumía ciertos acuerdos mientras fumaba puros traídos Republica Dominicana a la hora del desayuno.