La alianza Va por México se empezó a resquebrajar y ahora la apuesta es que de seis gubernaturas que se pelearán este domingo, si bien les va, solo ganarían una a dos.
SI SE TOMAN las 39 principales ciudades donde se concentra 25 por ciento de la población del país, en 28 de ellas ganó la oposición en las pasadas elecciones federales de junio de 2021.
Esto quiere decir que la alianza Va por México trae una cantera muy competitiva de políticos locales que en el mediano y largo plazos va a alimentar diputaciones y hasta gubernaturas.
Solamente en la CDMX se ganaron nueve de seis alcaldías: la oposición, entiéndase PRI, PAN y PRD, sin contar a un solitario Movimiento Ciudadano, tuvo 200 mil votos más que Morena, PT y Verde Ecologista.
Pasadas esas elecciones los promotores de Va por México, Claudio X. González y Gustavo de Hoyos, solo tenían que mantener cohesionados a los partidos con proa a las elecciones de este año.
Sin embargo, la alianza se empezó a resquebrajar y ahora la apuesta es que de seis gubernaturas que se pelearán este domingo, si bien les va, solo ganarían una, dos a lo sumo. Y es no improbable que pierdan todas.
La coalición no solo fue política y legislativa, también fue jurídica y su efectividad tuvo resultados tangibles contra la 4T. Por ejemplo, hacerle el vacío a la revocación de mandato y tronar la reforma eléctrica.
El gobierno tampoco pudo reunir los suficientes votos en la Suprema Corte de Justicia de la Nación para imponer su reforma eléctrica y matar los amparos de las empresas que obtuvieron la protección de la justicia.
Sin embargo, todo ese camino andado por la alianza que daba pie a poner la mira más alta y avanzar en jugadas políticas más sofisticadas, quedó en punto muerto por la incapacidad de ir unida en estas elecciones.
Tempranamente PRI, PAN y PRD establecieron que de las seis gubernaturas en juego este año, en cuatro irían juntos: Aguascalientes, Durango, Tamaulipas e Hidalgo, y separados en Quintana Roo y Oaxaca.
En estas dos no había condiciones: en el primero el gobernador Carlos Joaquín González entregó la plaza a Morena, y en la que gobierna Alejandro Murat el PAN podía perder el registro si se coaligaba.
Y en las cuatro restantes los acuerdos entre los partidos que lideran Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano fueron muy complejos, particularmente las alianzas para Hidalgo y Durango.
Bajo la máxima de “prueba y error, prueba y error”, la alianza Va por México acudirá a los comicios del próximo domingo consciente de que puede ser apaleado, pero sabedora de que aprenderá con miras a 2024.
UN FACTOR QUE mete mucho ruido a la sostenibilidad de Va por México es el futuro de Alejandro Moreno. El presidente del PRI es objeto de fuego directo tanto de la 4T como de sus propios compañeros de partido. En el primer frente Andrés Manuel López Obrador lo tiene entre ceja y ceja por haberle frustrado su reforma eléctrica y en el segundo la corriente donde figuran legisladores como Miguel Osorio Chong, Rubén Moreira, Manuel Añorve y Beatriz Paredes, busca arrebatarle el control del instituto. Alito está a horas de convertirse en el primer dirigente priista en perder todo en unas elecciones. En esa tesitura, dos gobernadores ya se están moviendo en pos de la presidencia del tricolor como salida: el de Oaxaca, Alejandro Murat y el del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza. Pero si el campechano mantiene el apoyo del Consejo Político del PRI, como todo apuntaba ayer, tendrá el gas suficiente para llegar al proceso de 2024.
EN BREVE LOS representantes de Pemex y sus pares del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) estarán anunciando un acuerdo sobre las diferencias que han tenido en las últimas semanas. Tras las protestas en demanda de nuevas plazas, la 4T abrió una mesa de diálogo con la intervención de la Secretaría del Trabajo, la que acercará las posiciones de la empresa dirigida por Octavio Romero y el gremio de Ricardo Aldana, permitiendo con ello que los planes prioritarios del gobierno en materia energética no se vean entorpecidos, pues el reto de Pemex de incrementar la producción pasa por el compromiso entre ambas partes. Mientras esto pasa, a un día de que la petrolera lanzó un ofrecimiento a proveedores de intercambiar deuda comercial por financiera, de los 2 mil millones de dólares proyectados ya se colocaron mil 500 millones.
LA EXTRADICIÓN AYER del exgobernador César Duarte fue una flagrante violación a la veda electoral. Y es que haber traído al priista a México a menos de tres días de las elecciones del próximo domingo, jornada en la que se disputarán seis gubernaturas, es un espaldarazo a todos los candidatos de Morena. Otra interrogante que se planteaba ayer en círculos políticos, era la razón por la cual Estados Unidos y en especial el presidente Joe Biden habían accedido a darle en bandeja de plata al inquilino de Palacio Nacional a Duarte, acusado de asociación delictuosa y peculado. ¿Será que Andrés Manuel López Obrador devolverá el gesto y cortesía acudiendo la próxima semana a la Cumbre de las Américas? No se entiende por qué tanta deferencia en momentos clave.
AYER ESTUVO EN Palacio Nacional Robert Edens. Es un multimillonario estadounidense e inversionista de capital privado. Sus principales empresas son Fortress Investment Group y New Fortress Energy. Precisamente con la etiqueta de esta última se entrevisó con Andrés Manuel López Obrador. Fue otro que llevó el embajador Ken Salazar para hablar del sector energético. Pero a Edens no hay que echarlo al mismo saco de los otros 18 CEOs que han venido a hablar con el Presidente. El también dueño de la franquicia del equipo de la NBA Milwaukee Bucks es socio de Larry Fink, mandamás de Black Rock, y uno de los mejores amigos del expresidente Barack Obama. López Obrador está armando una red de alianzas muy poderosas en Estados Unidos.