Después de 20 años, los talibanes regresan a Kabul con el propósito de retomar su poder en Afganistán, el cual tuvieron de 1996 a 2001.
Los talibanes tardaron sólo unos días en arrasar Afganistán y apoderarse del territorio en plena salida de las fuerzas armadas de Estados Unidos y otras potencias; incluso, lograron tomar algunas capitales de provincias importantes sin apenas disparar.
Ofrecieron este martes su primera conferencia de prensa luego de tomar hace dos días el control de Kabul, capital de Afganistán, y declararon que desean relaciones pacíficas con otras naciones y que respetarán los derechos de las mujeres, dentro del marco de la ley islámica. Pero, ¿cuáles son sus antecedentes?
¿De dónde surgen los talibanes?
Son un grupo impulsado por la ideología fundamentalista islámica que tiene su origen en la década de 1980 durante la Guerra Fría.
Las guerrillas afganas llamadas Mujahedeen libraron una guerra contra la ocupación soviética durante alrededor de una década. Fueron financiados y equipados por otros países, incluido Estados Unidos.
En 1989, los soviéticos se retiraron y eso marcó el comienzo del colapso del gobierno afgano que había dependido en gran medida de ellos. En 1992, se formó un gobierno muyahidín, pero se vivieron sangrientas luchas internas en la capital. Las condiciones desfavorables sobre el terreno crearon un terreno fértil para el surgimiento de los talibanes.
Los talibanes habrían surgido por primera vez en madrasas, escuelas islámicas, financiadas por Arabia Saudita en el norte de Pakistán a principios de la década de 1990. Algunos de ellos eran combatientes muyahidines contra los soviéticos.
¿Por qué Estados Unidos derrocó al Talibán?
Los talibanes gobernaron todo Afganistán desde 1996 hasta 2001, cuando la población se enfrentó a severas restricciones bajo la interpretación del Islam, en especial la población femenina.
La mujeres no podían salir de sus hogares sin un tutor masculino y debían cubrirse el cuerpo de la cabeza a los pies con una túnica larga llamada burka. Tampoco podían visitar centros de salud, ni asistir a la escuela ni trabajar.
En 2001, Estados Unidos invadió Afganistán, derrocó al régimen talibán y trabajó con los afganos para establecer un gobierno democrático.
La guerra de Estados Unidos en Afganistán se dio con la excusa de perseguir a Osama Bin Laden, autor intelectual de los ataques a las Torres Gemelas de Nueva York del 11 de septiembre de 2001. Los talibanes habían albergado a Bin Laden en Afganistán.
El país norteamericano también invocó los derechos de las mujeres como justificación de la ocupación.
Tras ser expulsados del poder en la campaña militar de 2001 encabezada por Estados Unidos con apoyo de países europeos principalmente, los talibanes se rearmaron gradualmente, financiándose con el opio y la minería ilegal y evitando, en general, los enfrentamientos a gran escala mientras la aviación estadounidense estuvo disponible para apoyar al Ejército afgano.
¿Cuál es el temor con los derechos humanos?
Para el pueblo afgano cansado de la guerra, la promesa de los talibanes de traer seguridad y orden por un lado y poner freno a la corrupción por el otro, es atractiva; se sumó a un alto costo con la introducción de duros castigos como ejecuciones públicas, cierre de escuelas para niñas de 10 años o más y prohibiciones en la televisión.
Durante el apogeo del gobierno talibán (1999), ni una sola niña estaba matriculada en una escuela secundaria y sólo el 4% de las elegibles (9,000) estaban en escuelas primarias.
El avance talibán, con rápidas conquistas territoriales sobre las fuerzas del gobierno de Kabul, pone a Afganistán al borde de una nueva transición de poder, que podría regresar a las mujeres a una época oscura de opresión, denunció la organización Human Rights Watch
En los distritos bajo el control de los insurgentes, “los residentes han sido sometidos a las regulaciones impuestas por los talibanes en las escuelas, atención médica, servicios gubernamentales y la vida pública, incluidos sus movimientos fuera del hogar”, advirtió HRW, que entrevistó a decenas de mujeres en varias provincial del país.
No obstante, Mustapha Ben Messaoud, jefe de operaciones de campo de la Unicef en Afganistán, dio un poco de tranquilidad a la comunidad internacional al declarar que representantes de los talibanes en algunas partes de Afganistán han expresado su apoyo a la educación de las niñas.
“Tenemos discusiones en marcha, somos bastante optimistas basándonos en esas discusiones. No tenemos un solo problema con los talibanes en esas oficinas de campo”, afirmó el funcionario en una conferencia de la ONU en Ginebra.