RÍO DE JANEIRO — Las primeras vacunas contra el COVID-19 en el estado de Río de Janeiro (sureste) se pusieron a los pies de la estatua del Cristo Redentor, en un acto simbólico marcado por el retraso, las dudas por la cantidad de vacunas recibidas y las aglomeraciones, según pudo comprobar Sputnik.
Las primeras en ser inmunizadas fueron Terezinha de Conceição, una mujer de 80 años residente en un albergue municipal para personas sin hogar, y Dulcineia da Silva, una técnica de enfermería de 59 años; las dos dijeron estar «emocionadas» por recibir la inyección y deseando retomar su vida normal.
El acto contó con la participación de numerosas autoridades, líderes religiosos y decenas de periodistas y fotógrafos, lo que acabó provocando una aglomeración de proporciones considerables al pie de la estatua, contrariando todas las indicaciones para evitar la propagación del virus.
La imagen de las primeras vacunas también estuvo marcada por las dudas: el estado de Río de Janeiro empezó a recibir este lunes en varias tandas 487.520 dosis de la vacuna contra el COVID-19 desarrollada por el laboratorio chino Sinovac, del total de seis millones que hay disponibles en estos momentos para empezar a vacunar en Brasil.
No obstante, el arranque de la vacunación estuvo rodeado de confusión: A primera hora de la mañana, el gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, se desplazó al aeropuerto de Guarulhos, en São Paulo, desde donde iban a salir cargamentos de vacunas hacia todo el país.
Posó en fotografías con cajas de las vacunas cubiertas con la bandera del estado de Río y anunció que la vacunación empezaría a las 17:00 hora local en el Cristo Redentor.
Sin embargo, el avión acabó retrasándose cuatro horas, el gobernador volvió a Río sin las vacunas, canceló una rueda de prensa prevista, y dado que empezaba a peligrar la buscada foto en el monumento más famoso del país se acabó recurriendo a una avioneta privada de un senador para traer un pequeño lote de vacunas simbólico.
Fuentes del gobierno de Río de Janeiro informaron a Sputnik que en ese viaje improvisado se transportaron «alrededor de 20 cajas» de vacunas, sin precisar cuántas dosis había en ellas; no fue posible confirmar cuántas llegaron a Río de Janeiro a lo largo del día.
Tras este inicio de la campaña, se espera que la situación se normalice en las próximas horas y Río de Janeiro reciba el casi medio millón de vacunas que le corresponde de forma gradual.
Se empezarán a aplicar a trabajadores de la salud que tienen contacto diario con pacientes con COVID-19, personas mayores de 60 años que viven en una decena de residencias de ancianos y población indígena que viva en aldeas.
El ministerio de Salud había previsto empezar a vacunar el miércoles 20 de enero en todo Brasil al mismo tiempo, pero decidió adelantar la operación logística por la presión de los gobernadores.
No obstante, a última hora de la tarde del lunes las vacunas tan sólo habían llegado a siete de los 27 estados brasileños, entre ellos los tres más poblados (São Paulo, sureste, donde está el almacén central), Río de Janeiro (sureste) y Minas Gerais (sureste).
