El año pasado la producción de maíz michoacano alcanzó un valor de producción de 7 mil 734 millones pesos, que aun así se percibió insuficiente para las decenas de miles de mujeres y hombres dedicados a esta actividad.
Un desplome del 25 por ciento presentó la producción de maíz en Michoacán, de acuerdo con el reporte previo para el cierre del año pasado realizado por el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
Fueron un millón 447 mil 16 toneladas las producidas durante el último año agrícola, casi 500 mil toneladas menos que en 2019, cuando se culminó con un millón 945 mil 27 toneladas de granos de maíz.
La caída es relevante, pues si bien son los monocultivos y frutos de vivero los que otorgan las principales ganancias a la entidad -como aguacate, zarzamora, arándano, frambuesa, limón y guayaba-, en realidad es el maíz lo que abarca mayor superficie sembrada en la entidad: casi 500 mil hectáreas dedicadas cada año, en un escenario donde los precios de garantía enfrentan ajustes a la baja y los productores se han enfrentado a más problemas a raíz del cambio de administración federal y un clima que no ha colaborado con los campesinos.
El año pasado la producción de maíz michoacano alcanzó un valor de producción de 7 mil 734 millones pesos, que aun así se percibió insuficiente para las decenas de miles de mujeres y hombres dedicados a esta actividad.
Con un precio medio rural que ronda los 4 mil pesos (3 mil 976 pesos en 2019), se anticipa que el valor de la producción de la cosecha del último ciclo rondaría los 5 mil 788 millones de pesos.
No sólo la ganancia de la cosecha será menor, sino que los campesinos han perdido los seguros agrícolas, que los apoyaban en casos de fenómenos meteorológicos y que estaban destinados principalmente a los cultivos de granos -como maíz, trigo y sorgo-, pues dependen en gran medida de la bondad del clima y de las lluvias.
El año pasado las lluvias se rezagaron prácticamente hasta pasando la mitad del año, lo que afectó en varias regiones el ciclo primavera-verano, mientras en los meses subsiguientes también registraron daños en varias hectáreas por tormentas, según ha denunciado la Confederación Nacional Campesina, que ha hecho hincapié en que los recortes al campo han terminado afectando a los agricultores más vulnerables, que se dedican principalmente a los granos.
El tema de la reducción de recursos también viene en la reducción a los seguros. Hemos insistido de que en el gobierno de México tiene mucho que no hay una política de Estado para el campo, siempre son políticas de muchas ocurrencias. Están buscando que dependamos netamente del Gobierno y eso no se vale”, ha mencionado sobre el tema Jesús Luna Morales, líder de la CNC.
En términos de la información presentada por el balance de la dependencia federal, la gran diferencia entre 2019 y 2020 fue que se cosecharon casi 100 mil hectáreas menos durante el último ciclo. Desde el año pasado agricultores advirtieron condiciones adversas producto principalmente de la problemática climática, la falta de agua y hasta de recursos económicos, además de la propia contingencia sanitaria.