Primero agradecerles a ustedes como siempre su atención y su presencia.
Como ustedes saben el día 8 de Marzo en México y en el mundo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, entiendo que más que una celebración, como dije hace un momento, en un mensaje, la fecha implica un llamado a tomar conciencia, la situación que vive la mujer en su entorno no es para celebrarse, la mujer sigue siendo objeto de violencia física, psicológica, verbal, sexual, todos los días.
Aunque es mucho el esfuerzo que muchas mujeres realizan con el fin de revertir una inercia de desigualdad, maltrato y violencia, la lógica machista instalada en nuestra sociedad se impone.
Sé que mis palabras pueden parecer duras, sobre un asunto que representa un problema social. Sin embargo, pienso que no hay manera de buscar soluciones entre las sombras o comenzar a llamar las cosas por su nombre, o comenzamos a asumir la realidad y la aceptamos para entonces buscar con soluciones revertirlas o sencillamente nos quedaremos como otros tantos gobiernos, todos hasta la fecha, viendo cómo el problema sucede y se ahonda robándole la esperanza a miles y a miles de mujeres Michoacanas
Y algo pueden tener todos muy claro, no llegamos aquí para voltearle la cara a los problemas, venimos a enfrentarlos, sobre todo haremos lo que esté en nuestras capacidades como lo hemos hecho.
Hoy tomo este micrófono para pedirles que tenemos que relanzar esta lucha, renovarla y buscar un nuevo brillo en el compromiso de todos; primero entender que la violencia contra la mujer es un problema, no es normal maltratar a una mujer, hacerlo es cobarde, es (inaudible) y detestable.
Morelia no va hacer territorio de impunidad para los agresores de mujeres, los que agredan se van de la casa y si creen que por que proveen van a extorsionar a la mujer ofendida, se equivocan, porque vamos a reformar los reglamentos para que todo agresor, además de recibir un castigo severo, cumpla con sus obligaciones como padre y jefe de familia.
Tenemos ante nosotros un reto importante, quizás el más trascendente como sociedad, no podemos hablar de desarrollo sin igualdad, no podemos hablar de prosperidad sin hacernos esta reflexión, cuántas veces por omisión hemos sido cómplices de un maltrato y con ello hemos permitido que la violencia contra las mujeres se fortalezca, vale la pena que lo analicemos, pero sobre todo, vale la pena tenerlo presente para que la próxima vez en lugar del silencio, sea la denuncia, es momento de que por ellas, todas y todos, alcemos la voz.
