«Cuando lo abraces, ahí estaré», los ositos con ropa de víctimas Covid que ayudan al duelo
La mexicana Araceli Ramírez abraza con emoción un oso de peluche hecho con ropa de su difunto padre, muerto por COVID-19. A través de estos objetos confeccionados por la costurera Eréndira, decenas de familiares de muertos por el coronavirus hacen su duelo en Ciudad Juárez.
“Cuando mi padre murió no tuve la oportunidad de un duelo normal, no lo pude velar y me faltaba algo de él”, dijo este viernes a Efe, Araceli Ramírez, quien perdió a su papá por la enfermedad causada por el SARS-CoV-2 hace dos meses.
Ante esta situación de dolor por la pérdida de su familiar, la mujer, de 50 años, fue con un terapeuta que le sugirió tener cerca un objeto que le recordara a su padre.
«Mi interés es poder ayudar a las personas a que cierren su ciclo, que (…) de inicio lo vean como su familiar, como un pedacito de algo de su familiar, que les ayude a subsanar», dice la mujer a la AFP en su taller de Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos.
«Una vez que ya les entregas la pieza, se hace un vínculo muy especial porque la persona cambia totalmente, toca su fibra», agrega.
Guerrero, quien no puede evitar quebrarse cuando realiza las entregas, advierte que su intención es que con el tiempo el muñeco solo sea visto como un objeto.
Los osos se venden a 600 pesos y las familias contactan a la modista a través de Facebook.
Para ella, son un apoyo importante pues las familias de las víctimas Covid no pueden despedirlas cuando éstas salen de los hospitales a los crematorios o cementerios.
Algunas personas, sin embargo, realizan funerales virtuales o ritos limitados a unos cuantos parientes.
El oso lleva bordada la leyenda: «Esta es una prenda que solía usar. Cada vez que lo abraces, quiero que sepas que ahí estoy. Con amor: Papá».
«(Me ayuda a) entender que ya no está, y despedirme de él y agradecerle todo lo que me enseñó y todo lo que me dio», comenta la mujer.
Ramírez, al igual que otros deudos, no pudo velar el cuerpo de su padre y a la tumba solo pudieron acudir ocho familiares, incluida ella.
México suma al momento casi 1.6 millones de casos de coronavirus y 137 mil 916 defunciones. En los últimos días ha registrado cifras récords de contagios y decesos que colocan al país como el cuarto a nivel mundial por número de muertos y el decimotercer por número de casos.
Ciudad Juárez, una urbe de unos 2.5 millones de habitantes, fronteriza con Estados Unidos y fuertemente industrializada, registra desde el comienzo de la pandemia más de 27 mil casos y casi 2 mil 500 defunciones.
Bonito y terapéutico
Eréndira Guerrero combina sus labores en el hogar con el cuidado de sus hijos y la costura.
Con el arribo de la pandemia de coronavirus a México -cuyo primer caso se detectó oficialmente el 28 de febrero- la mujer empezó a confeccionar estas prendas con el fin de subsanar, en la medida de lo posible, el vacío emocional que deja decir adiós a un ser querido.
“Me dicen los clientes ‘hazme un osito’ de una forma fría y seca, pero cuando se les entrega el resultado” se refleja la tristeza y fragilidad en sus ojos, contó a Efe la artesana, quien explicó que tomó la idea de otra costurera de Estados Unidos.
Explicó que sus clientes toman el muñeco con el mismo cuidado que a un bebé.
Los peluches nos invitan a tener “gestos de ternura”, pero “como adultos nos olvidamos a veces de la inocencia guardada y compasión hacia los demás”, afirmó.
Los muñecos se confeccionan en todo tipo de materiales, desde algodón hasta telas más gruesas, y el fin último es que sus clientes sientan que sus allegados fallecidos están a su lado.
“Hay quienes incluso necesitan despertar con su ser querido y ante la ausencia toman el muñeco y lo sienten a su lado, tienen paz”, concluyó la costurera.