La semana pasada platiqué con un editor millennial que vive en la Ciudad de México:
¿En qué vas a gastar más, en la consola que acabas de comprar o en el regalo navideño para tu pareja? Le pregunté. Es difícil responder –me dijo– ella se compró una mejor consola que la mía.
Para quienes tienen sus necesidades básicas resueltas pese a todos los obstáculos de este 2020, el final de este año supone probablemente una discusión relativamente superflua que tiene como sede muchas habitaciones: ¿El Playstation 5 (PS5) o el XBox Series X?
Este año es completamente atípico en la historia de los videojuegos. Dos poderosas empresas: Sony y Microsoft lanzan este otoño casi simultáneamente sus nuevos modelos de consolas justamente cuando la gente más joven busca nuevos modos de entretenerse en la sala.
Va algo de contexto para entender que el tema es relevante: los videojuegos representan un mercado anual de unos 150 mil millones de dólares. Consideren que las ventas de América Móvil, de Carlos Slim, totalizaron el año pasado un tercio de esa cantidad… en todo el mundo.
En el mercado de videojuegos pelean fuerte fabricantes de computadoras como HP y obviamente Nintendo con su marca Switch.
Pero entre las marcas de Sony y de Microsoft, los mexicanos tienen una fuerte inclinación por la marca XBox, de la empresa fundada por Bill Gates. Si fuese un equipo de futbol, éste sería en México más popular que el Club América o Las Chivas, a decir de datos de Google.
Éstos muestran que las búsquedas de esa marca multiplican por cuatro las de Nintendo y por ocho las de Playstation, de acuerdo con la herramienta Google Trends.
Pero hay un detalle incluso más interesante que permitiría comparar el interés por Playstation con la fidelidad hacia los Rayados o los Tigres de la UANL: sus aficionados están claramente ubicados geográficamente en el norte del país.
Mientras en Chiapas, Tabasco, Tlaxcala, Durango, Veracruz, Colima, Guerrero y Oaxaca hay más interés por el XBox, el mayor número relativo de preguntas en torno a Playstation sale de Baja California, Sonora, Chihuahua, la zona metropolitana de la Ciudad de México, Tamaulipas, Jalisco y claro, Nuevo León.
¿Cuánto cuesta un juguete de estos? Hasta ayer, Amazon y Mercado Libre ofrecían versiones por precios que van de 14 mil a casi 20 mil pesos, todas con entregas en diciembre.
Esa es otra: los precios. El Inegi lleva registro de la inflación de “Juegos electrónicos; consola, cartuchos y discos para videojuegos” y durante 12 meses contabilizados hasta octubre, ésta fue de de 5.6 por ciento, ligeramente por arriba de la inflación general, pero muy por encima de la de los 12 meses previos, que fue de 0.23 por ciento
Sucede que si bien el mercado es relevante, parecía haber entrado en una etapa de reposo, antes de la pandemia.
En enero de este año, Bloomberg publicó un artículo con una previsión de una primera declinación en los ingresos por videojuegos para las empresas involucradas en el sector, basado en una opinión de Pelham Smither, propietario de una firma londinense de análisis.
Argumentó restricciones de China para nuevos videojuegos y una supuesta fatiga de jugadores por juegos como Fortnite. Nada previno entonces un encierro global que derivó en una repentina demanda creciente y el lanzamiento oportuno de nuevas consolas.
El objetivo de Sony es superar los 7.6 millones de unidades vendidas en un año fiscal del lanzamiento de PlayStation 4, marca que revivió en 2013 a esta compañía japonesa que ya no podía vivir de la venta de DVDs o monstruosos y arcaicos aparatos de sonido.
Los videojuegos representan en Jalisco y Guanajuato oportunidades de empleo para diseñadores y desarrolladores, un juego al que el sureste también planea subirse, por ejemplo, con la instalación de un nuevo taller de diseño en la estatal Universidad Politécnica de Yucatán, en donde el idioma oficial es el inglés.
Durante esta década habrá de definirse el rol de México en los mercados digitales.
Es deseable que, como en la manufactura, no sólo sea importador, sino que también cobre en esa cancha de productos virtuales.