El estado es uno de los siete del país que cuenta con mayor posibilidad de percibir movimientos telúricos, de acuerdo al Servicio Geológico Mexicano
Michoacán presenta rezagos en materia de prevención de sismos. Pese a los riesgos que hay por la zona geográfica en la que se ubica y en medio de un enjambre sísmico que se ha presentado en la Meseta Purépecha, el estado tiene solo dos estaciones sísmicas en operación, mientras que en lugares como el sur de California cuentan con 300.
¿Dónde es riesgoso que haya asentamientos urbanos? ¿Qué características pueden tener los grandes edificios? ¿En qué zonas habría que fortalecer la red potable para evitar un desabasto ante un sismo? Ese tipo de preguntas se resolverían con más estaciones y un adecuado seguimiento científico, según comparte Ricardo Vázquez Rosas, integrante del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Tierra (Inicit) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).
“Altamente sísmico”, afirma el maestro en geociencias al mostrar un mapa con la actividad del estado, que es uno de los siete que tienen “riesgo alto” por diversos factores, de acuerdo al Servicio Geológico Mexicano.
Michoacán es de los que más fallas geológicas tiene y le impactan directamente las más grandes que atraviesan el país. Junto con Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Colima y Jalisco, el territorio michoacano se ve afectado por la interacción de las placas oceánicas de Cocos y Rivera, que a su vez se mueven bajo las de Norteamérica y del Caribe.
Además, es una zona de muchos campos geotérmicos y está en el límite del Cinturón Volcánico, lo que a decir del doctor en sismología, explica el alto riesgo sísmico que tiene la entidad.
Así como en 1985 el sismo tuvo su epicentro en tierras michoacanas, no hay forma de asegurar que no puede volver a ocurrir. Como tampoco se puede descartar que los enjambres sísmicos se sigan presentando en el estado, por el contrario, la ciencia nos dice que es un fenómeno recurrente en el territorio.
“Y quizá hubo otros antes de 1997, pero no se contaba con la tecnología para registrarlos”, contempla Vázquez Rosas.
“Solo dos estaciones sísmicas están funcionando aquí”, lamenta Ricardo Vázquez, tras comparar que en Japón prácticamente tienen una estación cada kilómetro cuadrado.
En Islandia, comparte Gabriela Gómez Vasconcelos, del Inicit, lograron saber en qué zonas tendría impacto la erupción del volcán Geldingadali, ya que aun cuando no se pueden predecir los sismos ni las erupciones volcánicas, sí se tienen equipos para estudiar los movimientos de la Tierra y sus condiciones, sí se puede prever el alcance de un fenómeno de esta naturaleza.
Sin hablar de cientos de estaciones, los estudiosos de la materia coinciden en que es necesario tener más equipo, al menos contar con la red sísmica que desde hace muchos años impulsaron otros investigadores, como Garduño.
Guerrero, Oaxaca, Colima y Jalisco son ejemplos a nivel nacional de un mayor avance en el tema. A decir de Jesús Arturo Muñiz Jáuregui, del Inicit, al menos con 10 estaciones sísmicas que estén funcionando adecuadamente se podría comenzar a hablar de una red para Michoacán.
Necesaria, red sísmica
Tener suficientes estaciones en el estado permitiría conformar una red sísmica y con ella tener una radiografía más amplia de qué zonas son más vulnerables frente a un temblor. También permitiría tener un panorama más preciso sobre el nacimiento y erupción de un volcán.
Las decisiones de los ingenieros al momento de construir carreteras, edificios, fraccionamientos, serían más acertadas, expone Ricardo Vázquez, quien considera imprescindible apostar a la planeación y prevención, antes que a la atención de alguna desgracia.
Al margen de las dos estaciones que están operando, hay alrededor de seis equipos más que se encuentran inactivos por falta de recursos. Hace tres años el Sismológico Nacional y Cenapred anunciaron la reactivación de los mismos pero no se llevó a cabo.
“El problema es que los gobiernos no asignan recurso a esto, por eso ha ido muy lento”, considera Ricardo Vázquez, quien señaló que el proyecto de red para Michoacán contempla la instalación de 12 estaciones.
Para tener una estación sísmica operativa, se debe contar con un sismógrafo con censor, registrador, antena de transmisión, acelerómetro, equipo de comunicación, antena pararrayo, mega cluster y una caseta con doble muro para proteger el equipo. La inversión está entre 2 y 4 millones de pesos.