Se discute la creación de una aseguradora enfocada a dar servicio al gobierno federal, y con ello quizás ahorrarse millones de pesos.
Al arranque de esta administración inició una investigación por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) sobre los contratos con las aseguradoras privadas hechos por las distintas dependencias del gobierno federal, investigación que a casi tres años sigue su curso y en marcha.
Esta investigación ha analizado a todo el personal que participa en las licitaciones desde funcionarios públicos y sus familias hasta del lado de las aseguradoras privadas, y ahí va, paso a pasito y sigue activa, según nos confirmaron.
Por el otro lado, en plena revisión se encuentra en marcha el análisis por parte del equipo del próximo secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O (recordemos que aún no ha sido ratificado por el Congreso), de la creación de una aseguradora del Estado, que podría absorber esos contratos que hoy se paga al sector privado.
Si bien nos aseguran que ambos análisis, el de la investigación de la UIF y la creación de una aseguradora estatal, no están relacionados ni tienen nada que ver una con la otra, lo cierto es que hay un seguimiento muy cercano a la actuación de estas empresas del sector financiero.
Las discusiones en torno de la creación de una aseguradora enfocada a dar servicio al gobierno federal, y con ello quizás ahorrarse millones de pesos, deben ser más que interesantes; no se sabe si el análisis del equipo del próximo secretario es para argumentar a favor o en contra de esta idea que ha ido permeando en la actual administración, pero lo que sí es cierto es que de avanzarse podría tener un gran impacto no en la industria, sino que en casos de desastres ocasionados por fenómenos naturales no haya los suficientes recursos para hacerle frente a las contingencias que surjan.
El tema de crear una aseguradora estatal y desplazar al sector privado ojalá sea una discusión más amplia.
Ya veremos qué sucede más adelante, pues no hay que dejar de lado que bajo la premisa de que una entidad aseguradora fundamenta su actuación en el principio de que las primas percibidas del conjunto de asegurados sean suficientes para hacer frente al pago de los siniestros, los cuales afectan a un número limitado de personas expuestas al riesgo, pero no a todas, más los gastos derivados de la gestión del negocio, la pregunta es, como nos dicen los expertos, quiénes serían los demás asegurados.
Se estará pensando en obligar a los gobernadores emanados de Morena a contratar sus seguros con esta nueva entidad. Ya veremos que camino toman estas ideas.
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Y en el otro lado de la moneda, todo indica que será muy discreta la salida anunciada de Rodrigo Kuri Salas de Citibanamex en septiembre, quien, si bien en algún momento incluso se le perfiló como candidato a dirigir el banco, al haber llegado con el equipo de Jane Fraser, hoy la primera mujer directora de Citi, se encuentra en el proceso de transición para salir del banco para dedicarse ?asegura? a proyectos personales y a la familia.
Es cierto que algo que ha dejado la pandemia es valorar a la familia, de eso no hay duda, y si le sumamos que muchos de los procesos que Citi ordena cumplir a sus filiales son agotadores, tomar la decisión de cambiar de aires y enfocarse en la parte de los negocios que la familia Arango tiene y de la que forma parte tiene todo el sentido.
Por lo que aquello de que se iría en un futuro a la dirección de un banco digital que se cocina, todo indica no será así.
Lo que sí, el mejor de los éxitos en los nuevos rumbos profesionales y personales.
Por lo pronto, la moneda está en el aire.