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Fayad ya habla de asumir la dirigencia del PRI si Alito no entrega buenos resultados electorales

El balance de la elección de junio como trampolín para el CEN. Una sucesión adelantada en el PRI, incluso antes de 2023, como Plan B a una embajada.

El PRI es cada vez más pequeño, no por ello es un partido más en el sistema político mexicano. Se trata del histórico instituto político del Siglo XX, y lo que hoy ha perdido electoralmente, lo ha ganado en poder de decisión: como el pegamento que da potencia a una coalición de oposición al Gobierno de López Obrador, o como la tuerca que embonaría las reformas constitucionales de la Cuarta Transformación.

Los propios priistas juegan ambos roles, cooperando con el régimen obradorista y, por otro lado, lanzando pullas contra la presente administración. Una posición abiertamente antagonista como la que ha tomado Alejandro Moreno Cárdenas no beneficia al partido ni a la política, asegura el gobernador Omar Fayad a su círculo más cercano, ahora operando desde la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago).

De acuerdo con el análisis del mandatario de Hidalgo, el PRI no hace oposición en los absolutos. «En algunos escenarios habrá que negociar», afirma un grupo de priistas a quienes se ha acercado Fayad Meneses, no sólo en Sonora y en Campeche, también en Veracruz y Baja California, y quienes no ven con malos ojos los cargos diplomáticos que dio AMLO a ex gobernadores, como una forma de «mantenerse activo en la vida pública».

Recuerdan inclusive los años de la derrota del 2000 hasta 2012, cuando hubo que negociar con el PAN. Por ello, como lo reveló LPO, Fayad mismo ya habla de una Embajada en Francia, pero también prepara otro plan, lo cual explicaría su antagonismo protagónico en contra de Alito. En el pizarrón del war room del gobernador puede leerse el rótulo de la sucesión de la dirigencia nacional del PRI en 2023, a la que se podría apuntar.

Los problemas que ha desatado la incorporación de figuras como Quirino Ordaz, Claudia Pavlovich y Carlos Miguel Aysa en el cuerpo diplomático de Secretaría de Relaciones Exteriores, pues hace dos años que no se concursan ascensos entre el personal de carrera, han obligado al canciller Marcelo Ebrard a realizar estos movimientos con cautela, contra el deseo de AMLO. De esto último está al tanto Fayad Meneses.

De ahí que tras dejar la gubernatura de Hidalgo no descarte un futuro dirigiendo al PRI, sobre todo teniendo en cuenta a la Asamblea Nacional en la que se hará una balance de los distintos procesos electorales que han enfrentado bajo la tutela de Moreno Cárdenas, quien antes o después de concluir su mandato seguirá siendo diputado federal hasta 2024. Para nadie será una sorpresa que serán negativas las cuentas que entregue Alito, una oportunidad que Omar Fayad no dejará pasar.

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