La electricidad es vieja, pero hasta hace muy poco no la usábamos en coches.
Todos los vehículos en las calles, salvo raras excepciones como el Trolebús de la Ciudad de México, se movían quemando gasolina o diésel.
Ahora ya no son todos. Es factible ver uno que otro automóvil Tesla en las calles de México y las otras marcas, Volkswagen, BMW, Nissan ya venden y se preparan para ofrecer más coches eléctricos. ¿Pueden imaginar que las capitales prohíban los coches a gasolina?
“Varias ciudades están anunciando una eliminación gradual de todos los coches con motores de combustión interna a partir de 2030, incluidas Estocolmo, París, Ámsterdam, Bergen y Oslo”, advirtió esta semana la Agencia Internacional de Energía, a la que pertenecen México y otros 29 países, entre los que se encuentran Francia, Estados Unidos y Japón.
En sus primeras páginas, el estudio llamado Petróleo 2021, Análisis y Pronóstico para 2026, incluye la siguiente conclusión:
“Los rápidos cambios en el comportamiento de la pandemia y un impulso más fuerte de los gobiernos hacia un futuro con bajas emisiones de carbono provocaron un cambio dramático a la baja en las expectativas de la demanda de petróleo durante los próximos seis años.
“Esto está obligando a tomar decisiones difíciles en naciones y empresas productoras de petróleo, que se muestran reacias a dejar recursos sin explotar o instalan nueva capacidad que sólo quedaría inactiva”.
La advertencia es clara: hoy no se ve cómo regresen los días de 2019. La demanda de ese año quedará marcada como un récord histórico de 100 millones de barriles de petróleo al día, en la que México participó con 1.7 millones diarios.
Revisen todas las cosas que están en contra para la venta de petróleo y combustibles. La EIA pone en primer lugar la creciente eficiencia de los coches, obligada por iniciativa de los países europeos en donde exigen, por ejemplo, un rendimiento promedio equivalente a 25 kilómetros por cada litro de gasolina. En sus buenos días, un Jetta da alrededor de 15 km en la ciudad y uno a diésel, quizás 20 kilómetros por litro.
En enero, Pemex vendió 666 mil barriles diarios de gasolina en enero de 2020 y el mismo mes de este año, 506 mil. Vende sólo tres cuartos de lo que colocó hace un año.
Luego están los aviones. Muchos están en tierra por prohibiciones de países como Canadá que no admiten visitas, o por decisión individual de las personas que evitan viajar en ánimo de no exponerse al CovidID-19. Las ventas de turbosina de la petrolera nacional bajaron de 85 mil a 47 mil barriles diarios en un año, de acuerdo con los datos que difunde el gobierno.
“Se espera que los combustibles de aviación, los más afectados por la crisis, regresen lentamente a los niveles de 2019 para 2024, pero la difusión de las reuniones en línea podría alterar permanentemente las tendencias de los viajes de negocios”.
Los gastos en viáticos serán difíciles de justificar ahora que ya todos comprobaron que pueden cerrarse tratos vía Zoom, con todo y firma de papeles virtuales.
Luego están los coches eléctricos. En el escenario base, la EIA estima que habrá 60 millones de estos coches en 2026. La mitad de estos estarán en China, una cuarta parte en Europa y el resto en Estados Unidos, Japón y otros países. El conjunto de estos factores puede reducir el consumo mundial de petróleo en 5.6 millones de barriles para 2026, advierte la agencia.
El documento incluye un apartado de perspectivas para México que es poco alentador. Vaticina que la producción no rebasará el nivel actual de 1.7 millones de barriles diarios antes de 2026.
La EIA no es infalible, fue incapaz de advertir sobre el desplome del precio del crudo en 2014 ante la creciente oferta estadounidense, pero sus fallas son excepcionales. Atentos quienes sean dueños del crudo nacional.
El autor es director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero