Actualmente estamos acostumbrados a que los comentarios de toda clase de expertos y los grupos que viven de hacer encuestas, determinan un futuro que hasta donde yo sé es muy difícil de lograr.
Lo anterior viene a colación por la muerte anticipada y muy anunciada de la derrota de los partidos políticos opositores al gobierno y a su partido Morena.
Manejar una certidumbre cuando su existencia tiene una probabilidad cercana a cero, la certidumbre, es casi una aventura próxima a la estupidez.
A los comentólogos se les puede dispensar que sus conclusiones se basen en deducciones argumentales y dejen de lado la fundamentación comprobable porque al fin de cuentas no son más que eso comentaristas.
Los partidos políticos que se les identifica como perdedores son el PAN, PRI y PRD mismos que al no encontrar una salida como contendientes individuales en las elecciones en la renovación de la Cámara Baja (Diputados) en este Junio han concluido que requieren de una nueva estrategia que les de una fuerza que en lo individual no tendrían.
Como toda alianza, la fuerza de los integrantes no es igual, pero ninguno de ellos, a diferencia de la controlada por Morena, tienen una fuerza visiblemente superior a los otros integrantes, pero si poseen características que pueden compartir dándole mayor posicionamiento en una contienda que puede determinar el futuro del país.
El PRI puede contribuir con dos factores torales siendo el primero el que cuenta con una infraestructura partidista que ha pasado por triunfos y derrotas y, con seguidores que fue ignorada y en algunos casos atacados durante toda la administración de Peña Nieto, que solo adormecen en espera de una nueva oportunidad de reivindicarse.
Por otra parte, el PAN, a pesar de los problemas internos que ocasionaron la derrota en los comicios anteriores, su coherencia ideológica facilita que una superación sea factible, así como, la posibilidad de impedir que la manifestación de izquierda Chavista se instale en nuestro país.
De igual manera, un gran porcentaje de la clase media ’arrepentida’ <votaron por el actual presidente, siguiendo la zanahoria del combate a la corrupción>, están a la espera de una nueva oportunidad para retomar esa bandera por Morena arrebatada (las gubernaturas ganadas al PRI en 2017 fue con esa bandera).
Por último, tenemos al PRD que solo sirvió como trampolín en el camino de ascenso al poder al López Obrador, pero al final no solo lo desmanteló con seguidores, sino que también se apropió de parte de la ideología, lo anterior le da una ventaja para rescatar parte de los seguidores de izquierda con una mayor tendencia al centro ideológico y de las tendencias predominantes en Latinoamérica.
En relación con el bloque que controla el presidente mediante su partido Morena que incluye al Partido del Trabajo (PT), El Partido Verde Ecologista (PVE) y el Partido Encuentro Social (PES) en la primera parte de su sexenio ha sido más que ambigua dado, que en apariencia, no han obtenido más beneficio que el privilegio de existir y de llamarse parte de la obtención de la 4-T, por su trabajo de cumplir con la formación de la mayoría simple y calificada en la Cámara de Diputados y la mayoría simple en la Cámara de Senadores.
Sin embargo para la segunda parte del sexenio, de no obtener con suficiente holgura la mayoría simple, se pondría en riesgo las modificaciones legales que el presidente considere indispensables para la cimentación de su 4-T.
De no lograr tampoco la mayoría simple, que incluye la autorización del Presupuesto de Ingresos y Egresos el presidente tendría que entrar a una etapa que tiene diez y ocho años que no practica, el de la negociación con otros grupos de poder.
Perder la total independencia en cualquier rama de la toma de decisiones es algo que está fuera de la figura que tiene el presidente de sí mismo y de lo que piensa debe ser, el control que ha logrado en todas las esferas no solo gubernamental sino en las otras que conforman al Estado.
En los escritos sobre el arte en la obtención del poder y de cómo conservarlo, existe un apartado en donde se le recomienda nunca llevar a sus contrincantes o enemigos a una situación en donde no tengan una salida visible para superar o atenuar su situación porque los están orillando a buscar una estrategia que los ayude a superar ese escenario tan adverso.
Ante ese nuevo contexto, la parte dominante y causante, puede entrar en dos panoramas siendo el primero y, el más riesgoso para él, la minimización del peligro que puedan ser esos adversarios vencidos y simplemente ignorarlos, la segunda, tener un cierto sentido de la importancia que podría tener la implementación de una estrategia por parte de sus adversarios, pero al final considerar que no vale la pena modificar sus estrategias porque el hacerlo afectaría la validez de su discurso dado que tendría que acertar la intervención de otros elementos que hasta este momento han permanecido como meras comparsas.
Las próximas elecciones nos muestran que estamos entrando en terreno poco consabido que nos puedan señalar él como proceder que nos beneficie no solo en corto plazo, sino también en períodos más largos.
Estamos entrando en algo inédito donde ninguna de las partes tienen alguna referencia en que apoyarse salvo el grupo integrado por el PRI, que estuvo por un largo tiempo en el poder, lo perdió con una transición sin violencia, pacífica, con un PAN que sustituyo al PRI con dos períodos presidenciales, con transiciones sin incidentes que pusieran en riesgo la estabilidad del país.
Sin embargo, en lo que concierne a Morena y su presidente la historia reciente nos marcan que han sido terriblemente reacios, inclusive violentamente, en aceptar las derrotas, por lo que, los actos fuera de contexto no pacífico son altamente probables.
La prueba real de la fortaleza de esta nueva etapa de nuestra democracia participativa y plural la veremos en las elecciones de Junio, en ella nos percataremos de lo que tanto ha pregonado el presidente: que es, un Demócrata y, por su lado los partidos políticos que integran esas alianzas entre divergentes puede ser posibles que conformen una estrategia integral, con tácticas y acciones coordinadas que puedan concretarse en su objetivo toral, una Cámara Baja plural y equilibrada.
Rigoberto Márquez Verduzco
*Consultor de marketing político.
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