Panorama de los estados en disputa. La campaña del tricolor en su bastión aglutina actores clave en la arena legislativa.
Una idea comienza a ganar adeptos al interior del staff presidencial: que Morena se repliegue en la elección de Hidalgo para de ese modo conseguir que el PRI acompañe la reforma eléctrica en el segundo semestre del año.
El cálculo tiene una alta cuota de realismo porque Hidalgo es un punto de encuentro de los principales animadores del PRI, que son quienes pueden aportar los votos necesarios en la arena legislativa.
La candidata Carolina Viggiano está casada con el coordinador del PRI en San Lázaro Rubén Moreira y su vez es la mano derecha de Alejandro Moreno Cárdenas en el PRI.
En simultáneo, la candidata tiene el aval del senador Miguel Ángel Osorio Chong, hombre de ese bastión tricolor.
El candidato de la 4T en esa contienda es el senador con licencia Julio Menchaca, un actor que no tiene demasiados adeptos en los sectores ultra del Gobierno.
Allegado a Ricardo Monreal, el candidato gusta de vuelos en avión privado y demás placeres que generan tirria entre los allegados a Andrés Manuel López Obrador.
El inconveniente para este mecanismo es que el escenario 5-1 (en el cual la 4T solo contempla una derrota) tan fuerte en el mes de diciembre, ha perdido peso específico.
La elección en Durango no está fácil para el Gobierno igual que la de Tamaulipas.
Ganar tres de las seis partidas en disputa no es aceptable, de momento, para los objetivos presidenciales.
Por otra parte, Hidalgo cierra un círculo conveniente para el Gobierno porque le estaría cediendo una entidad al PRI así como Aguascalientes para el PAN.
Esa sería la base para acercar posiciones en el debate energético.