IMAGEN INFORMATIVA DIGITAL

Figuras de la farándula y el deporte distorsionan calidad de la política Mexicana

Los partidos políticos mexicanos culminan registros de candidatos, entre quienes destacan polémicas figuras de la farándula y el deporte, que aspiran a cargos en los comicios de junio próximo para renovar los 500 asientos de la Cámara de Diputados, elegir 15 gobernadores, 30 congresos locales y casi 2.000 alcaldes.

«Es un fenómeno muy antiguo en México, al que se suma una proliferación de las redes sociales, donde surgen los llamados ‘Youtubers’, que difunden vídeos, entre múltiples emisores que abren paso a los payasos en la política», dijo a Sputnik el investigador y docente del Departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Jorge Javier Romero Vadillo.
El fenómeno no es exclusivo de este país, y se ha presentado en toda América Latina, o en otras latitudes, como en Ucrania, Italia, y recientemente en EEUU, compara el académico.
Doctorado por la española Universidad Complutense, Romero Vadillo explica que en la cultura política mexicana, durante la era del llamado «presidencialismo autoritario», el Partido Revolucionario Institucional (PRI) también recurrió a personajes con popularidad, como cantantes, actores o boxeadores, para atraer votos.
«Es una vieja tradición de proyectar a la política a personajes con popularidad, sin ninguna vinculación con razones programáticas ni ideológicas; es el predominio del antiprograma, es el fin de ideología y de los argumentos», reseña el académico.
superdelegados-renuncia-quienes-cuantos-ocho-donde-elecciones-gobernador-2021

Deportistas, comediantes y luchadores

Exfutbolistas, actores, youtubers y exreinas de belleza buscan ahora un puesto de elección en los próximos comicios.
La cantante de música popular Paquita la del Barrio, de 73 años, quiere ser diputada por el opositor Movimiento Ciudadano (MC, socialdemócrata), y Lupita Jones, Miss Universo 1991, estará en la boleta por el también opositor Partido Acción Nacional (PAN, centroderecha).
A la popular cantante se suma el vocalista de la banda musical de cumbia Los Ángeles Azules, y la actriz Malillany Marín.
El oficialismo no se queda atrás, y ha postulado a futbolistas que fueron seleccionados nacionales, como Adolfo El Bofo Bautista y Javier El Abuelo Cruz, que se sumarán al exdelantero del equipo tricolor, Cuauhtémoc Blanco.
Blanco ya es gobernador del estado de Morelos (sur) con el Partido Encuentro Social (PES, evangélico) integrante de la coalición oficialista que llevó a la presidencia a Andrés Manuel López Obrador.
El cantante Vicente Fernández Junior y su novia Mariana González serán candidatos a diputados por ese mismo partido, y una nueva formación del sindicalismo magisterial, bautizado Redes Sociales Progresistas, le permite seguir en la política a la dirigente Elba Esther Gordillo, encarcelada por corrupción de 2013 a 2018.
También aspira a un asiento en el Congreso la boxeadora Mariana La Barbie Juárez, y no faltan enmascarados de la lucha libre profesional como Blue DemonEl Tinieblas y El Místico, que aspiran una de las 16 alcaldías de Ciudad de México.

Un sistema cerrado

Un férreo sistema de partidos perduró gracias a un singular método de registro, «que favorece a organizaciones clientelistas y genera incentivos para promover figuras que puedan acarrear afiliados», explica el politólogo.

Los partidos gobernantes actuales no escapan a esta tendencia, explica el coautor del libro Balance temprano: Dese la izquierda democrática, de reciente aparición, sobre losdos primeros años de López Obrador en la presidencia.

El mecanismo que perdura en este país desde la segunda mitad del siglo XX se basa en antiguas reglas que obligan a realizar 200 asambleas con al menos 300 afiliados en los 300 distritos de todo el país, y con 20 reuniones en los 32 estados, en las que se debe reunir a más de 60.000 afiliados.
«En esas asambleas se vota por figuras con distintas fuentes de popularidad, así los liderazgos en torno a programas ideológicos se ven inhibidos, porque no tienen incentivos para promover proyectos políticos entre los ciudadanos», explica el autor.
Romero Vadillo señala que este mecanismo deja de lado los liderazgos basados en ideas políticas de fondo, e impide registrar partidos alrededor de plataformas programáticas.

Una vieja tradición mexicana

Esa barrera ha garantizado que sobrevivan redes clientelares que hunden sus raíces en tradiciones desde los años 1940, y que ha permitido preservar el predominio del PRI durante siete décadas hasta el año 2000, y su regreso de 2012 a 2018.
«Las redes de clientelas políticas de todos los partidos son el sello de la política mexicana, por eso surgen partidos de sindicatos, como los maestros, de las iglesias como los actuales evangélicos oficialistas, o de gremios corporativos», afirma el investigador.
Luego de una reforma política en 1977, que abrió la puerta a partidos de izquierda, incluso a comunistas entonces proscritos, «la puerta a la vida política se volvió a cerrar en 1996 con reformas electorales, y se han cerrado más», incrementando los requisitos de afiliación, añade.
El cerrojo a la vida pública la pone la exigencia de contar con una maquinaria política con decenas de miles de personas en todo el amplio territorio mexicano, impone además contar con 0,26 de afiliados al padrón electoral, de unos 90 millones, de los cuales solo votó 63% en 2018.

Publicaciones relacionadas

Cargando....