Académicos, empresarios y legisladores buscan una candidatura independiente para competir por una diputación federal en este año.
Para las elecciones, el Instituto Nacional Electoral (INE) dio autorización a 42 hombres y mujeres para comenzar la obtención de firmas que necesitan para concretar su candidatura.
Entre los aspirantes a una curul por la vía independiente está Juan Carlos Leal Segovia, legislador local por Encuentro Social en Nuevo León que ahora quiere llegar al Congreso federal sin el apoyo de algún partido.
Otro aspirante con trayectoria partidista es Delfino Suárez Piedras, quien ya fue diputado local en Tlaxcala bajo los colores del Partido Socialista de Tlaxcala.
Por el lado de los académicos está Uriel Alejandro López Lemus, investigador de la Universidad de Colima, quien se enfoca en el estudio de las enfermedades infecciosas.
Proveniente del mundo empresarial destaca José Jazel Rodríguez Acosta, quien se define en sus redes sociales como gestor social y que buscará una curul para representar al distrito IV de Tamaulipas.
Otras aspirantes son María de Lourdes Magallanes por Guanajuato, Verónica Luna Campos por el Estado de México, Ana Cecilia Viveros por Veracruz y Dalila Mabel Noriega, también por el Estado de México.
Estas ocho personas, junto a las demás 34, aún son aspirantes a la candidatura independiente.
Por el momento ya pasaron el primer filtro legal, que establece los requisitos para solicitar al INE la autorización para juntar las firmas.
El principal requisito que deben de cumplir es el apoyo de una asociación civil, a lo que se le debe sumar la ciudadanía mexicana, no contar con otra nacionalidad y ser mayor de edad.
Para alcanzar la candidatura, cada aspirante deberá de obtener firmas de apoyo equivalentes al uno por ciento de la Lista Nominal del distrito por el que quieren competir.
Después de que junten las firmas, que tendrán que ser acreditadas por el INE, los aspirantes deberán de presentar ante la autoridad electoral sus informes de ingresos y egresos. Sólo juntando esos dos requisitos (firmas y fiscalización limpia) podrán obtener un lugar en la boleta de 2021.
POCO ÉXITO
Las candidaturas independientes para cargos federales son recientes.
Fueron reconocidas legalmente con la reforma política de 2012 y en 2015 fue la primera vez que los mexicanos pudimos votar por esta opción debido a que antes la ley marcaba que solamente se podía aparecer en la boleta bajo los colores de un partido o coalición.
Su reconocimiento obedece a una crisis de representación de los partidos políticos. El parteaguas para su inclusión legal fue la demanda interpuesta por Jorge Castañeda Gutman ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en contra del Estado mexicano, luego de que le fuera negado su registro como candidato independiente a la Presidencia de la República, en octubre de 2005, al no estar la figura establecida en la ley.
La sentencia de la CIDH, del 6 de agosto de 2008, favoreció al Estado mexicano, aunque reconoció que “las candidaturas independientes son necesarias y constituirían una válvula de escape ante la poca credibilidad de los partidos políticos y la baja participación electoral”. Fue entonces que académicos y políticos comenzaron a presionar porque fuera una realidad en México.
Desde su entrada en vigor, 68 personas han logrado la candidatura independiente para cargos federales, pero sólo uno ha ganado. Manuel Clouthier Carillo logró la diputación del Distrito V de Sinaloa en 2015.
Clouthier Carillo se volvió a lanzar como candidato independiente en 2018, pero esta vez al Senado, sin el mismo éxito: no alcanzó ni la primeria minoría para ser senador.
De los demás candidatos independientes, los más famosos fueron Jaime Rodríguez Calderón (quien a nivel local había ganado la gubernatura de Nuevo León por la misma vía) y Margarita Zavala. Ambos fueron aspirantes a la presidencia en 2018, pero El Bronco quedó en cuarto lugar y Zavala renunció en plena campaña.
Especialistas en materia electoral explicaron que los independientes parten de una desventaja, por ejemplo, la mayoría son desconocidos y el sistema les impide tener espacios suficientes para darse a conocer.
“Para 2021 habrá una proporcionalidad asimétrica para los aspirantes independientes, hay desventajas contrario a los partidos políticos; tiempos de radio y televisión, presupuesto, entre otros, como si se tratara de un partido político de nuevo registro”, explicó Luis Miguel Carriedo.
El especialista dijo que a estas desventajas se suma la reelección de diputaciones, pues argumentó que legisladores que pretendan contender a un escaño en San Lázaro van a tener una plataforma pública, con recursos públicos, sin dejar a un lado que son servidores públicos.
“Es una desventaja extra, se suma un elemento de inequidad porque sus competidores están buscando una reelección siendo funcionarios”, subrayó.
Por su parte, Rosa María Mirón Lince, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expuso que la reglamentación está hecha para que los ciudadanos no puedan triunfar.
“Son muchas las trabas que tienen y es una figura que no ha obtenido mayores resultados. Me parece que la ley está hecha para que logren muy pocos”, destacó.
Mirón Lince expuso que la figura de independientes está hecha para políticos que quieran experimentar por otra vía, “no está hecha para ciudadanos. Tal como está planteado en la ley no es viable que un ciudadano de a pie tenga ventaja sobre algún partido”.