El duque de Edimburgo falleció a la edad de 99 años, apenas unos meses antes de alcanzar el siglo de vida. Una pérdida simbólica para un país ya golpeado por la pandemia, que ha oscurecido las vidas de muchos británicos en este soleado viernes de abril.
Reino Unido. La muerte del príncipe Felipe de Edimburgo, consorte de la reina Isabel II de Inglaterra, dejó este viernes sin su «abuelo» a buena parte de los británicos, que se congregaron a las puertas del palacio de Buckingham entre algunos llantos y muchos ramos de flores.
Es el ejemplo del británico Dominic Moore, que llevó en su mano unas flores azules y, que, entre lágrimas, verbalizó para Efe sus sentimientos de empatía hacia la monarca. «No puedo imaginar cómo de duro debe ser perder a la persona con la que has vivido 73 años de tu vida», afirmó.
El duque de Edimburgo, nacido en Grecia, acompañó durante más de siete décadas a la reina Isabel II en una «vida de servicio» a su nación adoptiva, algo que los británicos valoran gratamente, como indican muchas de los dibujos y tarjetas depositadas en la verja principal del palacio de Buckingham.
«De un trabajador público a otro, gracias por su servicio y devoción por este país, nuestra reina y nuestras tropas», indicaba una de ellas.
«CERCANO AL PUEBLO»
En el palacio la bandera de la Union Jack ondeaba a media asta, pero algunos como el joven de 20 años Dominic Taylor, viajaron ex profeso una hora desde Exeter (suroeste de Inglaterra) hasta Londres con la suya propia, que depositó simbólicamente en la entrada principal de la residencia real británica.
Taylor, que se define como «monárquico», comentó a Efe que, del mismo modo, se acercaría posteriormente al castillo de Windsor, porque considera que no existirá una figura en las monarquías mundiales «más cercana» que la del fallecido duque de Edimburgo, que conocía los problemas que preocupaban a la sociedad.
«Cuando había un problema que afectaba a las generaciones jóvenes, como la salud mental, el cambio climática o cualquier otro problema global, él lo entendía, realmente se preocupaba por la gente», aseguró Taylor.
Felipe también conquistó a algunos que, como él, no son británicos de nacimiento. Es el caso de Gianni De Capitani, un italiano de 58 años que lleva en Reino Unido desde que cumplió la mayoría de edad, y que cuenta a Efe que siente que es «como si hubiese perdido a su abuelo».
UNA FECHA SEÑALADA
Ese sentimiento es más ferviente si cabe tras más de un año de pandemia, que se ha llevado consigo a decenas de miles de abuelos en Reino Unido; pero también en un día que ya estaba marcado en la historia de la Casa de los Windsor.
De Capitani, que «amaba» a la princesa Diana, recordó que el 9 de abril ya era un día «importante», pues en esta fecha también se cumplen 16 años del aniversario de la boda del heredero de la Corona e hijo mayor de Felipe, Carlos de Gales, con Camila, duquesa de Cornualles.
Otros, como Álvaro Salgado y Fernando Rejón, estudiantes españoles en Londres, fueron a Buckingham «a cotillear» el ambiente, y admitieron conocer la historia del consorte de la reina gracias a la serie de Netflix «The Crown».
En este sentido, Rejón, que cursa Ciencias Políticas en la University College of London (UCL), expresó a Efe que le llamaron la atención las diferencias entre la monarquía española y la británica, que, a su juicio, «goza de un apoyo transversal» dentro de la sociedad y es mucho más «moderna» y «abierta» que la primera.
El duque de Edimburgo falleció a la edad de 99 años, apenas unos meses antes de alcanzar el siglo de vida. Una pérdida simbólica para un país ya golpeado por la pandemia, que ha oscurecido las vidas de muchos británicos en este soleado viernes de abril.