La titular de Segob siente que se empoderó con las mañaneras. Alarma por la maniobra Layda para financiar su campaña en Campeche.
Febrero será un mes de grandes definiciones en la Ciudad de México. El nuevo mapa política empezará a definirse con las candidaturas de Morena, máximo favorito para mantener su reinado en la capital del país. Y quizás una de las joyas de la corona -por el peso de su padrón- es Álvaro Obregón.
Allí la pelea luce cada vez más intensa. Un primer gran conflicto gira en torno a la salida de Layda Sansores, que está aferrada a estirar al máximo su permanencia en Álvaro Obregón para poder financiar desde allí su sueño histórico: gobernar Campeche.
La oposición conoce a la perfección esta ruta de Sansores, pero lo más grave es que también genera rispideces entre los propios suspirantes de Morena. «Si ella no se va cuanto antes, nosotros quedamos muy pegados a la imagen de su gestión, que no fue buena», cuenta con cierta indignación una de las que busca ser la sucesora.
Layda pidió por segunda vez una licencia corta para evitar que sea el Congreso de la Ciudad de México quien designe a un interino -a propuesta de una terna de la Jefa de Gobierno, como marca la Ley-. Sansores quiere a toda costa que su operador Alberto Esteva, Director de Administración de la alcaldía, quede como encargado de despechado.
Esteva tiene una larga trayectoria como operador político, también como jefe del aparato de inteligencia que heredó Miguel Ángel Mancera en la Ciudad. Sus dotes como administrador y financista nadie los discute. Por eso reina la idea de que fluirán recursos desde la alcaldía hacia la campaña de Campeche.
Mientras tanto, Olga Sánchez Cordero intenta colar a su sobrino como candidato para esa misma alcaldía. Empoderada como la nueva cara visible de la 4T, mientras AMLO se recupera del Covid, la titular de Segob empuja al ex magistrado electoral Jorge Sánchez Cordero Grossmann.
«Jorge apareció abruptamente, tiene menos de dos meses en Álvaro Obregón, nadie lo conoce y nunca tuvo trabajo político ni territorial. Diría que es en el único aspecto que coincidimos todos los demás competidores: no vamos a aceptar la imposición de Sánchez Cordero por más que haya un acuerdo de cúpulas», se quejó otro suspirante