Ante un número indeterminado de participantes que dieron falso positivo en exámenes para detectar VIH, se suspendieron las pruebas de la vacuna de la empresa biotecnológica australiana CSL, la cual es desarrollada por la Universidad de Queensland y se encontraba en la fase 1.
CSL explicó que si bien no se mostraron efectos adversos en las pruebas de la fase 1, que comenzó en julio pasado y en la que participaron 216 personas, los datos científicos revelaron que los anticuerpos que se desarrollaron en este proceso habían interferido con el diagnóstico de VIH, abriendo paso a que se dieran falsos positivos.
En un comunicado a la bolsa de valores australiana (ASX, siglas en inglés) para anunciarse esta decisión que se adoptó junto al gobierno australiano, el director científico de CSL, Andrew Nash, señaló que en el desarrollo temprano de una vacuna siempre existe un “riesgo de fracaso”.
Para seguir desarrollando la vacuna UQ/CSL v451, que ha demostrado en la fase 1 tener “una respuesta robusta” frente al nuevo coronavirus, así como “un fuerte perfil de seguridad”, se necesitarían realizar cambios significativos en el proyecto.
“Esto nos retrasaría otros 12 meses o más. Ha sido una decisión muy dura de adoptar, pero actualmente existe una urgente necesidad de tener una vacuna y esta es la prioridad “, recalcó por su lado, Paul Young, uno de los líderes del proyecto de la vacuna de la Universidad de Queensland.
Tras conocerse la decisión, el primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo el viernes en Camberra que su gobierno ordenará un incremento de 33.8 a 53.8 millones las dosis de la vacuna de AstraZeneca/Oxford y de 40 a 51 millones las dosis de la vacuna de Novavax.
«Las vacunas de AstraZeneca, por supuesto, serán producidas por CSL en Melbourne», dijo Morrison, al insistir en que «la salud y la seguridad ha sido el punto de partida para todas nuestras respuestas frente a la pandemia de covid-19».
El gobierno de Australia, que tiene previsto suministrar desde marzo la vacuna contra el covid-19, también tiene un acuerdo con BioNtech-Pfizer, para adquirir y transportar diez millones de esta vacuna que necesita mantenerse una temperatura de 70 grados bajo cero.
Australia, en donde se ha puesto énfasis en los sistemas de rastreo, acumula desde el principio de la pandemia casi 28 mil infecciones, que incluyen 908 muertos, la mayoría por el rebrote de Melbourne.