Santoy Riveroll fue encontrado culpable de los delitos de homicidio calificado, homicidio calificado en grado de tentativa, robo calificado y privación ilegal de la libertad en su carácter de secuestro.
Diego Santoy Riveroll, acusado por el asesinato de los hermanos Peña Coss en Monterrey, Nuevo León, recibió una sentencia de 71 años, siete meses y 27 días de cárcel.
Santoy Riveroll fue encontrado culpable de los delitos de homicidio calificado, homicidio calificado en grado de tentativa, robo calificado y privación ilegal de la libertad en su carácter de secuestro.
Además, Diego Santoy deberá pagar, por concepto de reparación de daños, 217 mil 139 pesos por el asesinato de dos menores más 57 mil 200 pesos por concepto de tratamiento psicológico a las víctimas.
También deberá pagar 53 mil 390 pesos por estudios y atención médica más 10 mil 30 pesos por incapacidad parcial, con lo que el monto total del pago de los daños asciende a 337 mil 760 pesos.
Como se recordará, el detenido fue condenado por el homicidio calificado de dos menores de edad, intento de homicidio en perjuicio de su novia, Érika Peña, robo calificado por robo de un auto y privación ilegal de la libertad en contra de Catalina Bautista, trabajadora doméstica de la familia.
Santoy, en aquel entonces de 21 años, fue culpado de asesinar a los niños Érick Anzur y María Fernanda Peña Coss, de 7 y 3 años de edad respectivamente, hermanos de Érika Peña, con quien sostenía una relación amorosa.
De acuerdo a las versiones dadas a conocer en el juicio, los hechos se registraron la tarde del jueves 2 de marzo de 2006, en la colonia Cumbres, una zona de nivel medio alto, ubicada en el poniente de Monterrey.
Un disgusto de la pareja, seguido de una fuerte discusión, desencadenó el presunto ataque de ira de Diego, que terminó con la vida de los infantes. Érika Peña acusó a su entonces novio de haber matado a sus hermanitos con un cuchillo, además de intentar asesinarla al propinarle tres heridas en el cuello con el objeto punzocortante.
Tras los hechos, Santoy se dio a la fuga, siendo capturado cinco días después en la ciudad de Oaxaca, donde pretendía tomar un autobús en la central camionera local en busca de llegar a la frontera con Guatemala.
Después de su arresto, se iniciaron las investigaciones correspondientes con versiones encontradas.
Santoy Riveroll, quien se declaró culpable del asesinato, indicó que no actuó solo y señalaba a su expareja de complicidad para cometer el crimen, Érika Peña negó esta versión durante los careos realizados y señaló a su exnovio como culpable del multihomicidio.