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El fin del proceso electoral del 2021 marca el arranque no oficial de la competencia para el 2022: seis estados cambiarán a su gobernador.

Según el calendario del Instituto Nacional Electoral (INE) y, desde ahora, los partidos calientan motores para la penúltima carrera antes de la elección presidencial.

Los mandatarios que dejan el cargo son Francisco Javier García de Cabeza de Vaca, en Tamaulipas; Martín Orozco Sandoval, en Aguascalientes; José Rosas Aispuro, en Durango, Carlos Joaquín González, en Quintana Roo; Alejandro Murat, en Oaxaca, y Omar Fayad, en Hidalgo.

Ninguno de ellos pertenece a Morena: los cuatro primeros son militantes de Acción Nacional y los dos restantes pertenecen al PRI.

Lo que sí tienen en común es que a todos les conviene que su sucesor forme parte de su grupo político.

Sin embargo, tras los resultados de las elecciones del 6 de junio pasado, al menos cuatro de ellos están frente a la alta posibilidad de que el próximo gobernador tenga credencial del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador.

EL PRI PERFILA UNA DERROTA EN DOS BASTIONES

Por ejemplo, en Hidalgo –donde nunca ha gobernado otro partido que no sea el Revolucionario Institucional– Morena y sus aliados sorprendieron al ganar 14 de las 18 diputaciones de mayoría.

El tricolor, sin la alianza opositora, fue incapaz de ganar un solo distrito electoral.

Para mejorar el escenario del oficialismo, la popularidad del gobernador priísta Omar Fayad se encuentra a nada de caer en una cifra reprobatoria: una medición de la encuestadora Mitofsky, realizada en enero de este año, calcula que sólo el 50.2% de los hidalguenses aprueba la gestión estatal, lo que pone en riesgo la continuidad del PRI en la entidad.

En Oaxaca, Morena también arrebató al tricolor la mayoría en el Congreso estatal: 19 de las 25 diputaciones de mayoría las ganaron los guindas, mientras que las seis restantes se las quedó la alianza tricolor, blanquiazul y amarilla.

Se trata de una entidad donde el presidente es muy activo: cinco días después de las elecciones, el 11 de junio, López Obrador ya pisaba suelo oaxaqueño, para sumar 23 giras oficiales por el estado natal de su ídolo político, el expresidente Benito Juárez.

Además, es una entidad donde el gobierno federal ha puesto en marcha un ambicioso proyecto de pavimentación de caminos rurales a la vieja usanza: en lugar de dar contratos a grandes empresas de la construcción, se les paga a los campesinos y vecinos para mejorar los senderos de sus pueblos, lo que ha detonado el empleo en comunidades indígenas, donde está el voto duro del presidente.

TRAS LOS TERRITORIOS BLANQUIAZULES

En Tamaulipas, este 6 de junio Morena logró un campanazo histórico: ningún gobierno estatal ha sido ganado por la izquierda, pero Morena avanzó hacia esa posibilidad arrebatando la mayoría del Congreso local a Acción Nacional.

Se trata de una doble victoria para el oficialismo: no sólo controlarán el presupuesto anual –y, con ello, los programas sociales y obras que beneficien a su próxima candidatura– sino que ahora tienen los diputados suficientes para quitarle el fuero al gobernador Cabeza de Vaca, quien ya fue desaforado por la Cámara de Diputados en la capital mexicana.

Con el gobernador tamaulipeco desprotegido, y posiblemente encarcelado por delincuencia organizada y lavado de dinero, el Movimiento Regeneración Nacional avanzaría por el carril de la izquierda hasta el Palacio de Gobierno de Ciudad Victoria.

MORENA SE ENFILA PARA GANAR 4 DE 6 GUBERNATURAS

El partido del presidente es favorito para ganar las gubernaturas de Tamaulipas, Quintana Roo, Oaxaca e Hidalgo, que estarán en disputa en 2022.

Mientras que el PAN retendría Durango y Aguascalientes.

Pero todo puede pasar a 12 meses de los próximos comicios.

En Quintana Roo, Morena también arranca con ventaja: de los 11 ayuntamientos en disputa este 6 de junio, los guindas y sus aliados ganaron 8, mientras que la alianza impulsada por el gobernador sólo pudo retener tres.

Además, el “efecto Morena” que hizo posible el apretado triunfo de Layda Sansores en Campeche podría incidir en las elecciones del próximo año en el vecino Quintana Roo, donde hay municipios estratégicos ya gobernados por el partido del presidente, como Tulum o Solidaridad, donde está el polo turístico Cancún.

DONDE EL PRESIDENTE NO ES PROFETA

Los únicos estados donde Morena no figura como favorito para el 2022 son Aguascalientes y Durango, donde la oposición controla los Congresos locales, ganó la mayoría de las diputaciones de mayoría y sus gobernadores tienen mejores niveles de aprobación que López Obrador.

En Aguascalientes (Martín Orozco)

Durango (Rosas Aispuro)

Según el ranking de gobernadores del sitio especializado Campaign and Elections, el hidrocálido Martín Orozco Sandoval está apenas un punto mejor evaluado que el presidente, con 50%, pero el tabasqueño lo supera en números negativos por seis puntos.

En esa misma evaluación, el duranguense José Rosas Aispuro tiene una aprobación similar a la que se tiene en Palacio Nacional, pero cinco puntos negativos menos que Andrés Manuel López Obrador.

El optimismo para retener esos territorios para Acción Nacional ha sido público por parte del dirigente nacional de los blanquiazules, Marko Cortés, quien ha insistido en que Morena no tiene posibilidades de quedarse con ambos estados en el centro del país.

MORENA VA POR EL NÚMERO MÁGICO: 21 ESTADOS

De confirmarse el triunfo de Morena en los cuatro estados donde hoy aventaja rumbo al 2022, el partido del presidente pasaría de los 17 estados que hoy ya tiene en la bolsa a 21.

Si Acción Nacional pierde Tamaulipas y Quintana Roo en 2022, se quedaría con 6 estados, mientras que el PRI, si es derrotado en Oaxaca e Hidalgo, tendría el poder sólo en 2 localidades (Estado de México y Coahuila).

El PRD perdió este 2021 el gobierno de Michoacán y su última esperanza está en ganar, en alianza con el PAN y PRI, la gubernatura de Quintana Roo para el próximo año; mientras que Movimiento Ciudadano sumará al gobierno estatal de Jalisco el de Nuevo León, pero con bajas posibilidades de ganar algún otro estado en 2022.

Y el Verde Ecologista, en alianza con el Partido del Trabajo, ganó este año San Luis Potosí.

Morena va por más gubernaturas el año que viene.

Así que con estas tendencias y tras las elecciones de 2022, el mapa político del país podría prefigurarse así: Morena 21 gubernaturas, PAN 6, PRI 2, MC 2 y PVEM 1.

Así llega el oficialismo y la oposición a la penúltima parada electoral antes del 2024.

La última, 2023, luce un poco más halagüeña para el PRI.

Ese año se renovarán las gubernaturas de Coahuila y el Estado de México, donde el tricolor acaba de mostrar músculo al retener los congresos locales y obtener una buena tajada de las alcaldías.

 

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