Los migrantes denunciaron que durante la espera de sus trámites en territorio mexicano les han violado sus derechos
Unos 300 migrantes cubanos se congregaron en el puente Paso del Norte, en Ciudad Juárez (Chihuahua), en la frontera entre México y EEUU, para exigir que les permitan esperar sus solicitudes de asilo.
Y en la mitad mexicana del puente, los uniformados de la Guarnición Militar y policías locales vigilan a los indocumentados.
El coordinador general del Consejo Estatal de Población y Atención a Migrantes de Chihuahua, Enrique Valenzuela, también acudió al lugar para convencer a los migrantes de que no crucen la frontera de manera ilegal.
Coreando «¡queremos pasar, queremos pasar!», los manifestantes se apostaron en la vía peatonal del puente Paso del Norte, limítrofe con Texas y Nuevo México, hasta la madrugada del miércoles y soportando temperaturas de hasta un grado centígrado.
«Está claro que las autoridades norteamericanas no les van a permitir ingresar en grupo y la advertencia es clara de que en caso de ser preciso utilizarán la fuerza», advirtió.
«No salimos de Cuba para vivir aquí en México. La policía mexicana nos maltrata mucho, para todo nos piden dinero, nos secuestran (…) hay mucha violencia», denunció Laura García.
Elier Rojas, migrante cubano que lleva alrededor de un año en Ciudad Juárez, mostró golpes en la cabeza y aseguró que se los propinaron policías de Ciudad Juárez (estado Chihuahua, norte).
Estados Unidos ha enviado a territorio mexicano a unos 60.000 migrantes, la mayoría provenientes de Centroamérica y otros países latinoamericanos, bajo el programa «Quédate en México» impuesto por el presidente estadounidense, Donald Trump.
Esa política dispone que los solicitantes de asilo llegados a la frontera sur del país deben esperar en territorio mexicano la resolución de sus casos.
Pero la emergencia sanitaria derivada de la propagación del covid-19 en ambas naciones dejó en pausa los trámites.
Dicha política, denominada Protocolos de Protección al Migrante (MPP), fue anunciada en diciembre de 2018.
Tras las multitudinarias caravanas de finales de 2018 y principios de 2019, Trump amenazó a México con sanciones comerciales si no tomaba medidas para detener la oleada migratoria.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, desplegó entonces unos 26.000 militares en sus fronteras norte y sur.